El pasado jueves 26 de abril comenzaron a cambiarse los nombres de las calles franquistas de Madrid tras la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).
Dicho Tribunal rechazó la solicitud de la Fundación Francisco Franco contra el acuerdo al que se llegó por parte de la Junta de Gobierno en mayo de 2017 siguiendo la propuesta que realizó el Comisionado por la Memoria Histórica en su informe definitivo.
Las primeras placas que se han cambiado han sido la de los generales Millán Astray (en La Latina) y la de García de la Herranz, en Carabanchel. Han sido modificadas por las de la Maestra Justa Freire y la de Cooperación, respectivamente. Éstas son solo las dos primeras de un total de 49.
El Consistorio quería recuperar los nombres antiguos de las calles, especialmente de aquellas de las que aún se recordaba su anterior nomenclatura, aunque si no se realizase el cambio de esta forma, también se apuesta por bautizar las vías madrileñas con el nombre de mujeres ilustres, personajes de la cultura que contribuyeron a engrandecer el patrimonio inmaterial, a políticos que hayan defendido posiciones conciliatorias o a instituciones pedagógicas.