“La cerveza mejor tirada de Madrid y posiblemente de España”, dice sin atisbo de duda el chef Rodrigo de la Calle en referencia a lo que pasa en los grifos de un coqueto y legendario bar de Conde Duque. El bar es El Cangrejero (calle de Amaniel, 25), el primero de la ciudad en tener un grifo de cerveza Mahou.
Y el contexto en el que de la Calle hace estas declaraciones es en el de un reportaje sobre sus imprescindibles en Madrid publicado en la Guía Michelin. Un viaje por su Madrid gastronómico en el que destaca sitios tan variados entre sí como la Tasquita de Enfrente, el Mercado San Miguel, Toma Café o el citado El Cangrejero.
Cuando responde a la pregunta de la recomendación de un bar al que ir en Madrid (“y mira que hay unos cuantos”, dice), de la Calle dice: “sin duda diría El Cangrejero”. Sobre los motivos, el chef tiene claro que el foco principal es la forma en la que ponen la cerveza.
Pero cuando destaca otras cosas también hace referencia a las cortezas de cerdo gigantes que fríen y luego parten con las manos. Y destaca los mejillones Ramón Peña –entre otras tantas conservas, dado que las conservas son la especialidad de la casa y tienen rarezas como boquerones fritos… en conserva– de los que dice que “con cuatro mejillones apretados en su interior con el que te puedes morir”.
Vida y obra de Rodrigo de la Calle
Rodrigo de la Calle ostenta la propiedad de un curioso restaurante premiado con estrella Michelin en la zona de Ponzano. El restaurante es El Invernadero y la curiosidad viene dada de un concepto casi más propio de un futbolista que apunta al retiro o de un Bartleby de turno que de un cocinero. De la Calle no cocina carne ni pescado porque “le aburre”.
No es que sea vegetariano sino que ha decidido sublimar la cocina vegetal para hacer lo que el propio restaurante bautiza como alta cocina verde.