No hay peor respuesta que un “me da igual” a la pregunta de “¿qué te apetece hacer?”. Agobia. Sabes que tras esa indiferencia se esconde un “elige tú” y todas las expectativas que ello conlleva. Sí, he conocido sosos y raritos que han tenido una reacción nefasta a mi “me da igual”. Por eso, en esa búsqueda constante de mi media naranja, decidí que había llegado la hora de elegir dónde conocerla. Estas fueron mis experiencias.
1.Relaxing (y delicious) bocata de calamares en Plaza Mayor
Cuando estuve de intercambio en Bristol me ligué a un guiri que a las dos semanas me estaba escribiendo para visitar Spain. Decidí sorprenderle con el plan más castizo que conozco: bocata de calamares en la cervecería Plaza Mayor. Poco después me lo encontré con una americana en el mismo sitio pero bueno, eso es otra historia. Al menos le gustó.
2.Madrid Rio
Hacía buen tiempo y como el chaval era deportista, decidimos dar una vuelta en bici por Madrid Río. Lo que no le dije es que la última vez que hice algo parecido tenía doce años, así que me fui de cabeza al Manzanares. No me ha vuelto a llamar.
3.Parque de Europa
Él era un enamorado de Alemania y cuando le aseguré que en este parque había réplicas de todos los monumentos importantes de Europa, entre ellos el Muro de Berlín, me lo metí en el bolsillo. Nadie me dijo que esa reproducción era una piedra pintarrajeada mal puesta. Supo a decepción.
4.Starbucks
Vale, sí. Ese día no me apetecía pensar. No os lo recomiendo, se pasó más tiempo haciéndole fotos a las muffins y al frappuchino que mirándome el escote. Cuando le propuse hacernos un selfie para Instagram (por seguirle el rollo), me ladró que no era lo suficientemente atractiva para aparecer en su perfil.
5.Casa Granada
Leí que era una de las mejores terracitas de Madrid y ahí que le llevé. Era de película: el cielo dorado despidiéndose de las calles del centro, una cerveza acompañada de unas croquetas que estaban de muerte, él… ¿Sabéis que falló? Que un pájaro con gastroenteritis decidió desahogarse sobre mí. Vaya mierda faena ¿Eh?
6.IT Dogs
Me dijo que le encantaban los hot dogs y al ver este plan en Fever, se me encendió la bombilla. Anda que no me puso emoticonos cuando le dije que iba a probar “los mejores perritos de Madrid”, copa de cava incluida. Era agradable, sensible, guapo, divertido, atento… Y gay. Sí, creía que iba a llevarle a otro sitio.
7.Festival al aire libre
Es el plan más arriesgado pero si sale bien, el más efectivo con diferencia. Había quedado con unas amigas para el Dcode, uno de los mayores festivales de música de la capital y este chaval, con un par, decidió acompañarme. Chicos, nada mejor que una guitarra eléctrica de fondo para preguntar “¿Cuándo nos volvemos a ver?”.