De los yayos y las tapas malasañeras nos fuimos a buscar antigüedades al rastro y cuando nos entró hambre, rizamos el rizo y nos fuimos de tapas y cañas por La Latina. Ahora nos hemos movido hasta Chamberí para buscar los mejores lugares en los que saciar hambre y sed y creednos, también saben lo que se hacen. Y no temáis, porque aunque en este barrio en invierno se ven muchos visones y en verano muchos polos (de los de Ralph, no de los de Nestle), se puede ir de tapas sin dejarse medio alquiler:
- Sala de Despiece: con este nombre, es poco probable que te entren ganas de ir, pero déjate llevar y descubre su gastronomía. Su cocinero está, literalmente, obsesionado con la calidad del producto y eso se ve en el resultado: gambas de Huelva o su huevo frito con ragú de setas.
C/ Ponzano, 11
- Encascarados: tiene un ambiente muy variado, ya que puedes encontrar a señores de bigote y corbata y jóvenes con septum incluido disfrutando de sus cañas, muy bien tiradas, y de sus raciones: la de solomillo con salsa roquefort está de vicio.
Santa Engracia, 141
- La Máquina de Chamberí: es una taberna y aunque para comer está genial, por sus precios os recomendamos que vayáis más bien a tapear. Tiene una decoración muy moderna y su cocina está a la vista de los clientes. El pulpo con patatas es de 10.
C/ Ponzano, 39
- Sylkar: sus torrijas y sus tortillas son famosas en el barrio. Para los amantes de la española con más huevos, ésta es muy jugosa y poco cuajada, perfecta para mojar pan cuando se acabe.
C/ Espronceda, 17
- Pintan Tapas: el bar parece sacado de un sueño de Agatha Ruiz de la Prada, porque está lleno de colores por todas partes, algo que puede parecernos más o menos feo, pero en lo que sí aciertan de lleno es en sus tapas, que fueron elegidas las mejores de Madrid, como sus bocaditos de cerdo al curry o sus alitas de pollo a la miel.
- Bar Morales: más conocido como el Atómico, es uno de los más castizos del barrio, quizá por su decoración taurina o por sus cañas y sus tapas, clásicas y de toda la vida, pero bien hechas, como su ensaladilla rusa, riquisima.
C/ Meléndez Valdés, 58
- La Parroquia: el nombre le viene como anillo al dedo, ya que tiene, prácticamente desde siempre a sus feligreses, fieles a la búsqueda y encuentro de sus Mahous de grifo, que nunca vienen solas: con nécoras, sardinas ahumadas o mejillones en escabeche.
C/ Bretón de los Herreros, 16