Pocas niñas hay tan famosas como Mafalda, el personaje de dibujos que ideó el artista Joaquín Salvador (más conocido como Quino). En un principio, la graciosa chica de abundante pelo negro fue diseñada para promocionar electrodomésticos de la empresa Mansfield. Con el tiempo, se hizo un hueco en medios como El Mundo o Lepolán, y con sus ocurrencias se convirtió en la voz de la sociedad argentina de los sesenta. Nos ha regalado frases inolvidables, algunas de ellas con una gran lección escondida («¿no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?»).
Para celebrar el 60 aniversario de la primera aparición de Mafalda en la prensa, Penguin Random House Grupo Editorial (PRHGE) ha donado al Ayuntamiento de Madrid una estatua del célebre personaje. La obra, realizada por el artista Pablo Irrgang, ha llegado desde Argentina hasta el enclave cultural Matadero Madrid este lunes 28 de octubre.
Esta es la duodécima estatua de Mafalda que tiene el mundo: de 80 centímetros de alto y 20 kilogramos de peso, sentada en un banco mucho más grande que ella. Quino (Premio Príncipe de Asturias en 2014), que colaboró con Irrgang en el año 2009 para crear la primera estatua de la niña en Buenos Aires, quiso que fuera exactamente así.
«Mi intención era hacer a Mafalda en escala humana y que la gente pudiera interactuar con ella», comenta Irrgang. El artista busca también divulgar el mensaje de Mafalda, que en muchos casos promueve el humanismo, el pacifismo y otros muchos ‘ismos’ que conviene recordar tanto hoy como en los años sesenta.