
La Finca, ese rincón blindado de millonarios, futbolistas y golfistas en Pozuelo de Alarcón, lleva años intentando convertirse en algo más que una urbanización de élite. El plan era ambicioso: erigirse en el nuevo referente gastronómico de Madrid. Un mini Dubái con código postal 28223.
La cosa parecía ir en serio cuando Dabiz Muñoz anunció que mudaría allí DiverXO, el restaurante con tres estrellas Michelin más mediático de España. No fue un rumor de pasillo, fue un anuncio oficial. Pero el chef madrileño nunca llegó a abrir en La Finca. En 2024, tras años de silencio, publicó en Instagram que cancelaba el proyecto: “Una decisión difícil pero necesaria”. No habrá DiverXO con vistas al campo de golf.
Tampoco duró mucho el plan de Dani García, otro de los grandes nombres de la cocina española. El chef marbellí, con dos estrellas Michelin en su currículum, cerró en mayo su restaurante Lobito de Mar, apenas un año y siete meses después de abrirlo en el centro comercial LaFinca Grand Café.
Aurelio Morales y su llegada en forma de asesor
Pese a estos tropiezos, el complejo no tira la toalla. Y la nueva apuesta tiene nombre y apellidos: Aurelio Morales. El chef de Alcalá de Henares, que pasó por elBulli, Miramar y que obtuvo una estrella Michelin en Cebo, se ha sumado al proyecto como asesor gastronómico de Mena, el buque insignia del grupo Lew Brand en La Finca.
Su firma ya se deja notar en una carta donde hay bacalao confitado con callos a la madrileña, rodaballo a la brasa con bilbaína o una lasaña de txangurro y alcachofa crujiente. Platos con técnica depurada, brasas y mucha personalidad.
La consultora del chef, Goncodi Gastro, ha diseñado el menú y también se encarga de formar al equipo de cocina, que mantendrá un contacto constante con Morales para asegurar su estilo en cada pase. En paralelo, el restaurante ha reforzado su bodega con más de 300 referencias y una coctelería clásica. Todo, sin despegarse del fuego del horno de leña y la brasa, el alma del local.
Las últimas aventuras de Aurelio Morales
Morales aterriza en La Finca después de cerrar su ciclo en Abya, aquel restaurante de la Milla de Oro madrileña levantado sobre el Palacio de Saldaña con una inversión de 50 millones de euros. Un proyecto faraónico del que se despidió en octubre de 2024 para iniciar una nueva etapa, aún sin destino final. “
Su paso por Abya no fue el primero que decidió cerrar por voluntad propia. En 2022, también sorprendió dejando Cebo, donde había logrado una estrella Michelin en 2017. Su currículo es una colección de nombres propios: además de elBulli y Miramar, ha pasado por AbAC o el Echaurren de Francis Paniego. En Mena, Morales no cocina a diario, pero sí deja su impronta en cada plato.