Si sabéis lo que ocurrió el pasado mes de enero, cuando la cafetería cerró sus puertas puede que no os sorprenda esta noticia. El cierre de Nebraska estuvo cargado de polémica y puede que aún no se haya cerrado ese tema, pues la compañía que compró los establecimientos que aún permanecían abiertos ha contratado, a su vez, a otra empresa encargada de liquidar todos los productos que aún quedaban en los 4 establecimientos.
Durante este mes ya se han subastado los enseres del local que se encontraba en Gran Vía. Un total de 12 lotes que han sacado a relucir el lado más nostágico de 78 pujadores diferentes que han hecho más de 600 pujas.
Los interesados podrán hacerse con las máquinas que preparaban sus clásicos perritos calientes, con sus sillones de escay o con las vajillas que incluyen el logotipo de la famosa cadena, pero cabe destacar que no se pueden adquirir productos concretos, ya que éstos se encuentran agrupados en diferentes lotes, como mobiliario, expositores, cocinas o equipos electrónicos entre otros,
Si no conocíais este dato, aún estáis a tiempo de adquirir un recuerdo de lo más Madrileño con la subasta de los locales de la calle Goya, Alcalá o Bravo Murillo.