Caminar por la Gran Vía es, casi en cualquier época del año, todo un reto. Adentrarse en esta selva de asfalto, turistas y caminantes con la vista fija en el móvil desgasta los zapatos y la paciencia, pero sobre todo, abre el apetito. A medida que tu cerebro te manda señales para saciar a tu sistema digestivo, tus ojos se abren cada vez más en busca de un lugar en el que comas bien y no destroces tu bolsillo, pero estás en la mismísima Gran Vía y como nos canta Iván Ferreiro: el equilibrio es imposible. Hasta ahora: sigue leyendo, porque en el número 10 de la conocida calle hemos silenciado nuestros prejuicios sobre comer en zonas turísticas.
El responsable de ello es Lobby Market, un restaurante con varios espacios de los que presumir ante los comerciales y archiconocidos rivales con los que cuenta en la arteria madrileña. Si entráis por la puerta que da a Gran Vía os encontraréis un local de mesas altas y ambiente informal, pero si lo descubrís desde la calle de la Reina lo descubriréis en su versión más glamourosa, que es la que nosotros tuvimos la oportunidad de conocer.
Os recomendamos ir con amigos que no sean indecisos o que os dejen la tarea de escoger, porque su carta es bastante variada: nada entre diferentes tierras, partiendo de la nuestra con platos clásicos (jamón ibérico o huevos de corral con chistorra) y haciendo paradas bastantes sugerentes en lugares más lejanos. En nuestra visita escogimos platos de la segunda opción, por lo que a nuestro lado más castizo le queda pendiente volver.
Elegimos 2 de los 4 cucuruchos que ofrecen para poder probar más variedad de platos, el de atún y el de salmón, que son todo un acierto si eres amante de la comida que no ha pasado por los fogones. Para los adeptos a comer con las manos recomendamos las alitas de pollo de corral BBQ deshuesadas. Os las comeréis sin manchar vuestras manos, pues son tan suaves que entran de un solo bocado. Los langostinos tigre tempurizados con salsa kimuchi son idales para quien se declare en contra del marisco, porque su textura tempurizada con el sabor de la salsa no hace que pierda su sabor característico, pero lo suaviza con bastante éxito. Uno de nuestros entrantes favoritos es la burrata ahumada al momento con compota de tomate casera, albahaca y pan de nueces. Con este plato tenéis que tener preparada la vista y la cámara del móvil, porque tanto su presentación como el gusto que deja en el paladar es digno de instagramear.
Los platos fuertes fueron el pulpo a la brasa con mojo rojo, papas arrugás y flor de huevo y la presa ibérica de bellota con setas de temporada, migas crujientes y patatas confitadas. Del primero nos sorprendió gratamente el hecho de acompañarlo con huevo y del segundo, nos hubiésemos comido otro plato solo por disfrutar de las migas crujientes.
Terminamos con ganas de ponernos la ropa de deporte que nos habíamos comprado antes de entrar al local, no por sentirnos más sanos, sino porque era más ancha y cómoda para afrontar nuestros estómagos llenos, aún así, el postre nunca se perdona, por lo que pedimos la tarta fina de manzana y hojaldre con helado de vainilla, que nos encantó por su intenso sabor a canela.
Tanto si estáis por Gran Vía como si no, Lobby Market es un «riesgo» que merece la pena correr en una zona tan turística.