La capital no pierde el ritmo ni el último día de la semana, los planes de domingo en Madrid, de hecho, cumplen con un concepto muy de aquí: el del dominguero. Para los anglosajones, la semana empieza el último día de la semana cristiana. Y para los que residen en Madrid, el día del Señor se celebra en las calles, en los bares, entre antigüedades, libros, obras de arte, cañas y, casi siempre, en compañía de la resaca.
1. No madrugar y empezar con un brunch
¿Qué vino antes el brunch o el desayuno madrileño? Tiempo atrás, cuando el concepto de brunch en el mundo todavía era una quimera, los madrileños ya se marcaban desayunos a la hora del aperitivo. Hoy por hoy, y con permiso de los neoyorquinos, Madrid ha integrado perfectamente el ritual de brunch en sus largas mañanas de domingo.
2. Termina de despertarte en el Rastro
El mercadillo de Madrid es, por derecho propio, el más completo y diverso de la ciudad. Entre sus callejuelas, podrás encontrar un sinfín de objetos sin orden ni concierto, libros, cuadros, antigüedades y, en general, grandes tesoros de la era analógica. Un apunte: la plaza de Vara del Rey atesora anticuarios, bares sin gentrificar y los tenderos con más sorna del mercadillo madrileño.
3. Tomar el aperitivo en La Latina
De acuerdo, La Latina en domingo está que arde. Ahora bien, ¿hay algo más madrileño que tomar el aperitivo en comunión? El barrio aledaño al Rastro no se reduce a las cuatro calles que todos conocemos. Más allá de las Cavas (Alta y Baja), existe un universo compuesto de bares, tabernas, restaurantes y otros reductos del arte de servir el aperitivo. Hágase la voluntad y brinden.
4. Ver arte en Madrid es un lujo gratuito
Otra de las santas costumbres capitalinas (especialmente para los viajeros que recalan un domingo en Madrid) es la de acudir a las salas de un museo para contemplar algunas de las joyas del patrimonio artístico de España, y de manera gratuita.
El Museo del Prado es gratuito los domingos de 17:00 a 19:00h y el Reina Sofía, de 13:30 a 19:00 h. Fuera del Triángulo del Arte, el Museo Arqueológico abre sin costes el último día de la semana, de 9:30 a 15:00, así como el Museo Cerralbo y el del Romanticismo, que lo hacen de 1oh a 15h.
5. Darte un homenaje con un buffet libre
Si paseas por Madrid, especialmente por las callejuelas en torno a Gran Vía, oirás a muchos turistas anglosajones repetir: ‘all you can eat’. Una expresión magnífica que se traduce en el buffet libre de toda la vida. Y muchos restaurantes de la ciudad han hecho de esta fórmula una seña de identidad madrileña. La liturgia es sencilla: entra, elige una mesa, coge un plato y dale al all you can eat.
6. Hacer una ruta de senderismo
Para ser un buen dominguero madrileño hay que conocer la Sierra (así es como designan los locales a la cordillera que delimita el oeste de la región). Recorrer andando algunas de las rutas de senderismo de estas montañas es una oportunidad despejar la mente, hacer ejercicio y conocer mejor la Comunidad de Madrid. Hay algunas tan conocidas como el camino Schmidt y otras que forman parte de la historia como la ruta hasta la silla de Felipe II, todo depende de tu preparación y ganas.
7. Déjate caer (literalmente) en el Parque de Atracciones de Madrid
Si tienes la energía subida, y si la resaca da una tregua, uno de los planes domingueros por excelencia es poner a prueba tu vértigo en el Parque de Atracciones de Madrid. Al margen de la llegada de nuevos parques temáticos, el PAM mantiene su legión de seguidores con toda una gama de montañas rusas, diversiones, recreaciones y trenes del terror no apto para estómagos sensibles. Para todas las edades, para todos los bolsillos y para todo el año.
8. Escaparte a leer al aire libre o entre libros
¿Hace cuánto tiempo no le dedicas una tarde a la lectura? Ponte a prueba. Es domingo, no has madrugado y las redes sociales están también de resaca. Coge esos libros, el periódico o las revistas que tienes por leer y échate a las calles. Al aire libre, en una cafetería con sofás o tomando una cerveza en librerías con barra (amén) como en la cinematográfica Ocho y Medio.
9. No hay domingos sin cine
En los últimos años, muchos cines han echado el cierre con todo el dolor de nuestro corazón viejoven. Sin embargo, la escena de cines madrileños mantiene su compromiso con los espectadores en espacios como la Cineteca, la Filmoteca, el Cine Paz, la Sala Equis y el Cine Embajadores. En versión original, en 3D, con o sin palomitas o con un gintonic.
10. Escaparte a algún pueblo de la región
No hay fecha equivocada. Ningún mes en el año es mala opción para huir a unos kilómetros de la capital y conocer los pueblos más bonitos de Madrid. En invierno, la excusa es ver la nieve; y en verano, huir del calor. En ambos casos es una oportunidad más que maravillosa para hacer una escapada de fin de semana y aprovechar para comer en uno de los muchos (y buenos) restaurantes que hay en la Sierra. La región tiene pueblos preciosos en los que desconectar un domingo antes de empezar con la rutina de nuevo.