Después del “boom” de las hamburguesas, es hora de que empecemos a preocuparnos también por los perritos calientes. Si ellas son ahora de los platos más cuidados y más buscados de cada restaurante, los perritos tienen que estar a la altura de su hermana mayor. Y es que cada vez se ven más platos compuestos por pan y salchicha que intentan hacerse un hueco entre los paladares más exigentes. En este caso, le ha tocado el turno a Paperboy, un nuevo sitio en Orense (nº 10) con ganas de darle un toque de creatividad a los hotdogs.
Paperboy lleva en las calles de Madrid desde hace muy pocos meses y está esforzándose porque todos en la zona aprecien lo que pueden dar de sí unos perritos calientes. Están hechos con cuidado y respeto por los ingredientes y la materia prima.
El restaurante lo lleva un joven cocinero venezolano, Alfonso Bortone, que pone su alma en este local, en el que no solo se preocupa de cada uno de los perritos, sino que también intenta acercarnos una parte de la cultura alimenticia de su país. Por ejemplo, puedes encontrarte con los tequeños con salsa de guasacaca, una especie de fingers de queso acompañados de una salsa típica de este país sudamericano, o el tamaño de sus platos. Y es que en Venezuela no entienden las comidas en pequeñas cantidades (una suerte en este caso).
El nombre puede que te descoloque al principio (¿qué tiene que ver el papel con la comida?); hasta que descubres el original nexo: cada perrito tiene el nombre de un periódico internacional condimentado con los ingredientes típicos del país del diario. De ahí que el El Nacional se prepare a la manera típica de Caracas, o que el Le Parisien lleve queso de cabra.
A parte de elegir los condimentos del perrito, también te dan la opción de elegir la salchicha a la que quieres acompañar. Puedes escoger entre ternera, cerdo, pollo o de tofu. Aunque como un punto a mejorar, ellos mismos podrían recomendarte una salchicha para cada perrito, ya que puede ser que los clientes elijamos mal y no podamos sacarle todo el partido al plato.
Nosotros probamos el New York Times, (como buenos amantes del bacon que somos) y La República, ya que no podemos resistirnos a nada que lleve pesto. Todos los perritos vienen acompañados de patatas fritas y de la salsa (o las salsas, según el hotdog que te pidas) que lleva el propio perrito, algo que se agradece porque parece que nadie piensa que si te has pedido ese perrito es porque te gustan las salsas que lleva. No todo es ketchup y mayonesa.
Podemos decir que nosotros salimos saciados con un perrito cada uno y unos tequeños y que no podemos poner ninguna pega a ninguno de los platos que pedimos. Todo estaba muy rico. Os recomendamos que vayáis allí aunque sólo sea a probarlo y si tenéis prisa mejor aún porque también tienen la posibilidad de take away y de comerlo en tu casa tranquilamente. Además, con la posibilidad de poder elegir diferentes salchichas, puedes hacer una cantidad de combinaciones… ¡infinitas!