La cocina francesa ha dado la vuelta al mundo por su refinamiento y autenticidad. Paul, una gran pâtisserie fundada el mismo año que la Torre Eiffel, es muestra de ello. Con más de cien años de historia y fiel a sus raíces parisinas, tiene locales en cincuenta países. En Madrid cuenta con uno en el aeropuerto de Barajas, y abrirá otro próximamente en el número 80 de la calle Serrano.
La pâtisserie de la Milla de Oro tendrá 250 metros cuadrados y dos terrazas. Estará a escasos metros de firmas a la altura de Tiffany & Co, Gucci, Dior y Cartier. Con esta ubicación privilegiada, la marca pretende atraer a clientes del sofisticado barrio de Salamanca, que valoren la elaboración artesanal y la calidad de sus productos.
Paul tiene recetas innovadoras y tradicionales: unas con más de cinco generaciones (como las clásicas madeleines en forma de concha) y otras completamente nuevas. Las estrellas de la casa son los croissants, las napolitanas de chocolate con mantequilla, los panecillos con uvas pasas (o pains aux raisins) y las tartaletas de frutas.
Otros rincones parisinos en Madrid
En Madrid hay excelentes muestras del savoire faire de los pasteleros franceses. Entre ellos tenemos Aux Merveilleux de Fred, que ha enamorado al barrio de Justicia con sus esponjosos brioches al horno y pastelitos de merengue. También destaca Maison Kayser, del cocinero Éric Kayser, premiado en 2022 por crear los mejores croissants de Madrid.