
Para los asturianos, ningún plato caliente sabe a hogar como la fabada. Mientras que el cachopo, al contrario de lo que muchos creen, nació a finales del siglo XX, las fabes ya eran un sello de identidad en la región cuando Emilia Pardo Bazán escribió sobre ellas en el libro La cocina antigua española (1913). La receta de la fabada ha variado poco a lo largo de los años. Las materias primas imprescindibles siguen siendo seis: judías, chorizo, morcilla, tocino, aceite (en abundancia) y azafrán.
Aunque las mejores fabadas del mundo están en El Cruce, La Sauceda y otros locales míticos del Principado, en Madrid se celebra un evento que las homenajea: la Ruta de la Fabada y las Verdinas. Este año, organiza su undécima edición (patrocinada por Camín Astur y Carlos Serres) del 28 de febrero al 23 de marzo (coincidiendo con el Día Mundial de la Fabada: el 15 de marzo).
Los restaurantes de Madrid tienen hasta mañana, 20 de febrero, para inscribirse en la lista de negocios participantes. La Sidrería Carlos Tartiere, Casa Hortensia, El Ñeru y muchos otros deleitaron con su fabada en ediciones anteriores, y se espera que lo hagan en 2025 también. El precio por ración variará según el restaurante (suele estar entre los 15 y los 30 euros).
Sitios para comer fabada en Madrid

La capital tiene una importante lista de tabernas y sidrerías especializadas en gastronomía de la patria querida: desde Carús, que fusiona la cocina asturiana con la madrileña, hasta El Ñeru, que ofrece unas contundentes (y premiadas) fabes con almejas.