Ni las bicicletas son para el verano ni los turrones son para el invierno: contra el cliché de la tradición, hechos. A rey muerto, rey puesto y a la gula, soluciones. Y si apetece comer turrón (o cualquier producto de creación de Torrons Vicens), la solución es la tienda que esta reputada turronería abrió el año pasado junto a la fuente de Neptuno.
La tienda de turrones más grande del mundo: la apuesta de Torrons Vicens ocupa 650 metros cuadrados del centro de Madrid. Junto al paseo del Prado ya se venden turrones como los que se hacían en Agramunt en 1775 (año en que se fundó Vicens). Torrons Vicens, que exporta a más de 70 países de todo el mundo, tiene su tienda en Madrid.