El kilómetro cero de la Puerta del Sol: lo pongo en primer lugar porque me parece absurdo que se formen colas para fotografiar una baldosa. Por más que intento entenderlo, no sé qué tiene de especial.
El oso del madroño: puedo entender que éste sea más común, pero la verdad, la primera vez que lo ví me desilusionó bastante. Esperaba que fuese un pelín más grande.
La puerta de Alcalá: miralá, miralá ahí está, aguantando palo selfies y poses un tanto extrañas, pero siempre tan bonita y señorial, sobre todo con la iluminación que tiene de noche.
El templo de Debod: desde él puedes ver uno de los atardeceres más bonitos de Madrid, aunque no hace falta que se ponga el sol para que este lugar quede bien en las fotos, porque aquí salen unas fotos preciosas a cualquier hora.
El Estanque del Retiro: cuenta la leyenda que en el fondo hay electrodomésticos usados (eso es verdad) e incluso cadáveres arrojados por mafias (esperemos que eso no sea verdad). Haya lo que haya, la foto más típica, la que incluye el monumento a Alfonso II, queda bastante bien como foto de portada en Facebook cuando te visitan tus amigos.
Las torres Kio: lo de colocarse en medio de ellas y fingir que las estamos sujetando es lo más parecido a la clásica foto de la torre Pissa. Queda bien, pero no es lo mismo.
La Cibeles (y el Ayuntamiento): no se si os habéis fijado, pero los pasos de peatones que cruzan desde la Casa de América hasta el Paseo de Recoletos están puestos estratégicamente para poder parar y hacer una foto que lo capte todo.
La Gran Vía desde las alturas: ya sea desde la terraza del Círculo de Bellas Artes o desde la última planta de El Corte Inglés. En navidad, las fotos quedan preciosas.
La Plaza Mayor: es una pena que siempre esté en obras y haya que hacer la foto calculando que no salgan los andamios, pero si lo logras y además, consigues hacerla con el Spiderman de fondo, será muy mítico.
El bocata de calamares: sí, leeis bien, sobre todo si quien toma la foto, no es madrileño. Lo colocará tantas veces para buscar el mejor encuadre que la final se lo comerá frío.