Madrid, años 80. Ana Torroja y los hermanos José María y Nacho Cano empiezan a escribir su historia como banda, y no una cualquiera, sino una que estaría llamada a revolucionar el pop español con su sello inconfundible. Mecano había nacido y estaba a punto de cambiarlo todo. Su música, influenciada por el techno-pop y el new wave, pronto definió una era con éxitos como Hijo de la Luna, Cruz de Navajas y Hoy No Me Puedo Levantar. Canciones que se convirtieron en la banda sonora de una generación y que, de alguna manera, siguen siéndolo. Y es que hay algo en Mecano que nunca pasa de moda.
De Madrid al estrellato: Mecano y su vínculo con la capital
Madrid fue mucho más que un simple telón de fondo para Mecano, fue su hogar, su inspiración y también su trampolín. Desde el barrio de Chamberí, el trío de artistas creció inmerso en el latido incesante de una ciudad que, en plena efervescencia cultural, parecía estar a punto de reinventarse. Fue en aquellos años de La Movida, entre el bullicio de aquellos pequeños bares y locales llenos de promesas, donde continuaron buscando su lugar, dejando huella en un Madrid que nunca dejó de corear sus canciones.
Hablamos de Maquillaje, de La Fuerza del Destino y también de otros temas como Mujer contra Mujer o El Fallo Positivo, himnos transgresores que hablaron del lesbianismo y del VIH, y que consiguieron conectar más allá de la música. Una conexión —con el público y con Madrid— que quedó inmortalizada en los conciertos de 1992 en la Plaza de Toros de Las Ventas, donde Mecano consolidó su estatus como leyenda viva del pop español.
Un tributo lleno de luz para un legado musical brillante
En el elegante salón del Hotel Wellington, donde el tiempo parece detenerse entre su historia y su sofisticada decoración, la música de Mecano brillará (de nuevo), aunque de una forma aún más especial. Bajo el resplandor de miles de velas, el cuarteto de cuerda Parallel Quartet reinterpretará sus grandes éxitos con la pasión, el talento y la magia que se merece. Una oportunidad de oro que llegará este enero para que tú y los tuyos os volváis a emocionar con vuestra música preferida, en su versión más íntima… y clásica.
Atrévete a redescubrir la música de una de las bandas más importantes de nuestro país como nunca antes: en el Hotel Wellington, entre miles de velas y con los acordes de los violines, la viola y el violonchelo. Un plan perfecto para empezar el año con buen pie y con una banda sonora a la altura.