La práctica es común en un gran número de ciudades europeas como Barcelona, Ámsterdam, Praga, Roma, Berlín o Lisboa.
El Gobierno municipal encabezado por Manuela Carmena ha confirmado que pedirá competencias al Gobierno central con el objetivo de implantar una tasa turística de cara a la siguiente legislatura, así como gravar también las viviendas vacías con un 50 por ciento más en el recibo del IBI.
Jorge García Castaño, delegado de Economía y Hacienda, afirmó que las leyes propias de Madrid y Barcelona (esta segunda ya cuenta con su propia normativa) «pueden ser vehículos de cambio en competencias, financiación y materia fiscal».
Sin embargo, siendo la Comunidad de Madrid quien ostenta las competencias en materia de turismo, sería esta quien debería aceptar la idea del Ayuntamiento en cuanto a la tasa turística y no parece estar muy de acuerdo con una propuesta que podría «desincentivar el interés de los inversores y de los turistas», dijo el consejero de Cultura, Turismo y Deportes, Jaime de los Santos.
No obstante, la tasa turística es habitual en la mayoría de ciudades europeas. En Barcelona se paga desde hace años, entre 0,65 y 2,25 euros por persona y día dependiendo del tipo de alojamiento; en Berlín se abona un 5% del precio de la habitación, como en Ámsterdam; en Praga se paga 0,5 euros por persona y noche, mientras que en Lisboa se abona un euro, independientemente del tipo de establecimiento hotelero; en Roma se abona entre dos y siete euros y en Milán, entre dos y cinco euros.
En Londres aún no existe, pero no por mucho tiempo porque su alcalde Sadiq Khan lo está valorando.