Aunque seas madrileño de pura cepa, te conozcas la Gran Vía como la palma de tu mano o sepas de memoria los cuadros del Museo del Prado (o no lo hayas vuelto a pisar desde las excursiones del colegio), a veces necesitas ayuda para saber qué hacer típicamente made in Madrid.
Puede que hayas hecho alguna más de una vez, quien se resiste a un bocata de calamares, pero otras quizás que no te suenen tanto o incluso las tengas apuntadas en tu lista de planes, es el momento de llevarlos a cabo. Aquí esas 50 cosas:
1. Visitar la Puerta de Alcalá
Porque más allá de las canciones que se le han dedicado, es un icono casi desde que se construyó (1778) y ha pasado de ser una las cinco puertas originales que daban acceso a la ciudad a estar en el centro de ella. Aunque durante 2023 está en restauración, la lona que lo cubre reproduce el monumento, así que puede que no se aprecie en la foto.
2. Pasear por el Retiro
Todas las grandes ciudades tienen un parque céntrico, pero pocos pueden presumir de tener dos palacios (el de Velázquez y de Cristal) o de tener con su antigüedad: es del siglo XVII.
3. Tomar las uvas en la Puerta del Sol
“Entre gritos y pitos, los españolitos, enormes, bajitos, hacemos por una vez algo a la vez”. Como bien dice la letra de Mecano, esa euforia compartida es la mejor manera de empezar el año.
4. Subir al teleférico de Madrid
Y sobrevolar el Parque del Oeste y la Casa de Campo. En primavera es un espectáculo, pero cualquier fecha del año es buena para disfrutar de Madrid desde el aire.
5. Ver el atardecer desde el templo de Debod
Digno de los mejores museos en Madrid, podemos disfrutarlo de forma gratuita y sin colas previas. Además, las vistas de la cornisa del Manzanares desde el parque son las mejores.
6. Comer huevos estrellados en Casa Lucio
Y rebañar los restos de yema del plato mientras observas la infinidad de famosos de todas partes del mundo, de Valentino a Bill Clinton, que tienen una foto con Lucio.
7. Comprar antigüedades en El Rastro
La oferta de mercadillos en Madrid es cada vez más larga y variada, pero El Rastro es y seguirá siendo el primero de todos.
8. Comerte un bocata de calamares en la plaza Mayor
Madrid no tiene mar, pero no nos faltan pescados y mariscos, de hecho, es la lonja más grande de España. Así se explica que el bocata de calamares sea parte crucial de la gastronomía madrileña, además de por su sencillez y precio. No hay sándwich que lo supere.
9. Recordar que entraste al Teatro Eslava
Y no saber cómo ni cuándo saliste. Salir de fiesta hasta que amanece en esta ciudad es tradición popular y se trasmite de generación en generación.
10. Descubrir el Palacio de Cristal
Además, de vez en cuando te sorprenderá alguna de las exposiciones vanguardistas que el Reina Sofía muestra en este espacio emblemático. Aunque no es el único palacio de cristal de Madrid, también está el de la Arganzuela, una joya desconocida.
11. Cenar en alguno de los restaurantes chinos que integran ese pequeño Chinatown detrás de plaza España
Viajar, culinariamente hablando, es tan fácil como subir la calle Leganitos o justo en la parte trasera del edificio España, donde descubrirás los platos asiáticos sin occidentalizar más sorprendentes, como Wang Wang o Xiongzai.
12. Hacer pícnic en el lago de la Casa de Campo
El plan perfecto para cuando llega el buen tiempo y anochece tarde, además podrás ver a los piragüistas jugar al kayak-polo si tienes suerte.
13. Obnubilarte con Las Meninas y el Museo del Prado
Una de las pinacotecas más importantes del mundo y estrella cultural de la ciudad, antes o después hay que recorrer el Prado. Pero no puedes irte si ver su gran icono: Las Meninas de Velázquez, canción y esculturas (poco queridas por los madrileños) mediante, siempre hay un detalle nuevo que observar en esta obra maestra.
14. Disfrutar del espectáculo musical de WAH
WAH es un espectáculo que destila la fuerza musical y artística de los grandes shows de Broadway. El inicio del show lo protagoniza la gastronomía a través de la conquista del estómago del público.
Y de repente, unos seres tapados con máscaras y parapetados con armas invaden la escena: la Nación Omega puede que interrumpa tu cena para intentar cortar la música y que no vuelva a sonar nunca. A partir de aquí todo es espectáculo.
15. Pasear por el Campo del Moro
Especialmente en otoño. Es uno de los jardines más románticos de la ciudad y los pabellones del siglo XIX y el Chalé de la Reina son de lo más misterioso. También puede que te cruces con alguno de los pavos reales que viven allí.
16. Visitar Cortylandia
Incluso si no te gustan los tumultos de gente, esperar a que empiece Cortylandia y ver las caras de ilusión de los niños o recodar cuando te llevaban de pequeño no tiene desperdicio.
17. Comprar un libro en la cuesta Moyano
Esas míticas casetas azules se merecen una visita de vez en cuando. Con casi un siglo de vida (se instauraron en la cuesta en 1925) estas pequeñas librerias son ya parte del paisaje castizo más típico. Alguna de ellas también compra libros.
18. Pisar el Km 0
Puede que lo llegues a pisar un día sin darte cuenta andando deprisa, ya sea porque intentas esquivar turistas despistados o porque llueve, pero ya que vas a la puerta del Sol. Además, ahora está envuelto en una rosa de los vientos y que incluy los nombres de las capitales de provincia y las ciudades autónomas del país.
19. Comprar dulces en La Mallorquina
¿Cualquiera? Si, el que más te apetezca. Si lleva desde el siglo XIX siendo un éxito es por algo. Aunque tienen especial fama sus napolitanas de chocolate y sus palmeras. Merece la pena esperar si hay cola.
20. Pedirte una ración de bravas en Las Bravas
Esta tapa es típica de Madrid, la puedes comer en cualquier parte del España, pero las originales son de aquí.
21. Tomar algo en alguna de las exclusivas terrazas de la Gran Vía
Podríamos decir que esta calle tiene dos vidas, la de las aceras y la de los tejados, y hay que conocer ambas. Especialmente cuando Gran Vía está abarrotada de gente, descubrir en el cielo madrileño desde sus terrazas te hará sentir privilegiado.
22. Ir a un concierto a la luz de las velas de Candlelight
Cientos de velas iluminan los escenarios más impactantes de la ciudad de Madrid (el Ateneo, el hotel Four Seasons, la iglesia evangélica de habla alemana…) en los conciertos Candlelight.
23. Vivir un bingo para señoras (con Lorena Castell)
Esto va de pasar una noche en el mítico Florida Park (dentro del parque del Retiro) cantando “línea” o “bingo” con Lorena Castell mientras los temazos se suceden entre perreo y perreo. Un bingo que es ya uno de los grandes éxitos de la capital.
24. Bañarte en la piscina de Casa de Campo o escaparte a alguna de las playas naturales
A los madrileños nos encantan las piscinas, porque además tenemos un agua buenísima en el que bañarnos, casi no echamos en falta la playa. Casi.
25. Ir a ver el Guernica al en el Reina Sofía
Con este cuadro pasa al contrario que La Mona Lisa en el Louvre de París, con el Guernica te sorprende lo inmenso que es y que no hay un tumulto enorme de gente intentando verlo.
26. Ir de cañas por La Latina
Saber alternar entre tapa y cerveza es también cultura popular. Para los madrileños los bares son un tema fundamental y más en un barrio tan castizo.
27. Visitar el Museo Sorolla
Y además de disfrutar de la maravillosa colección de arte en la casa del pintor en Madrid, pasear por los jardines que el propio Sorolla tardó siete años en llevar a cabo, es un remanso de paz en la ciudad.
28. Ir a las Vistillas en San Isidro
Comer, beber y bailar casi como si estuvieras en un pueblo, pero con un toque chulapo y al final del día tienes olor a gallinejas.
29. Visitar el Palacio Real como un turista más
Si tienes tiempo es una buena oportunidad para ver las exposiciones temporales que suelen ser de grandes artistas pictóricos y las impresionantes cocinas.
30. Acabar la noche de fiesta tomando un chocolate con churros de San Ginés
No sabemos si cura la resaca, pero que deja el cuerpo perfecto para irte a la cama está demostrado por generaciones de madrileños.
31. Ir al Parque de Atracciones de Madrid y rememorar tu infancia
No son las grandes atracciones, es una mezcla de emoción y tradición. Las vistas de la Casa de Campo e incluso de la ciudad son muy buenas en lo alto de algunas de ellas.
32. Ver el amanecer (o el atardecer) desde las Siete Tetas de Vallecas (o en cualquiera de estos miradores)
Ese pueblo anexionado a Madrid que es esencia pura de la ciudad, hay que visitarlo por algún motivo, este es uno muy bueno. Vallecas tiene su propio casco histórico, estadio, equipo de fútbol… No le falta nada.
33. Comerte una ración de oreja a la plancha
Tienen menos detractores que las gallinejas, quizás porque huelen menos, pero hay que probarlo todo, los callos incluidos.
34. Comerse una rosquilla de San Isidro
Ni las Listas ni las Tontas son las más conocidas, ni las más sabrosas, pero el madrileño hace orgullo de todo lo que sea de aquí.
35. Quedar en la osa y el madroño
Aunque cada tanto tiempo cambia ligeramente de ubicación, siempre está en Sol, así que no hay pérdida. Y sí, hay madroños en Madrid. Osos no.
36. Beberte unos “yayos” en Casa Camacho
Es fácil perderse entre tanto moderno en Malasaña, pero los clásicos no se pueden sustituir, y aunque parezca abarrotado, prueba a entrar, te harán hueco.
37. Buscar fantasmas en el Palacio de Linares
Pero no encontrar ninguno. Aunque si preguntas a una abuela madrileña te convencerá de que sí los hay.
38. Comprar barquillos a un chulapo en El Rastro
“Son de coco y valen poco; son de menta y alimenta” cantan los barquilleros, que cada vez son menos pero todavía sobreviven a los tiempos.
39. Pasar el día en El Escorial
La ciudad está genial, pero hay que descansar de ella de vez en cuando y si coges la Renfe es fácil hacer una escapada.
40. Patinar (o al menos, intentarlo) en el Retiro
Hacer deporte en el Retiro es en general un reto, pero para eso están los retos: para superarlos.
41. Subir a la azotea del Ayuntamiento
La foto a Cibeles y el principio de la calle Alcalá esquina con Gran Vía es una de las mejores., también puedes aprovechar para tomarte algo en la terraza mientras disfrutas de las vistas.
42. Llevar a tu ligue al parque del Capricho
Aunque su fama no deja de aumentar en los últimos años, es uno de los parques menos conocidos y vas a quedar bien seguro. Eso sí, ten en cuenta que solo abre los sábados, domingos y festivos y con diferentes horarios durante primavera-verano y otoño-invierno.
43. Comer cocido madrileño en algún lugar mítico
Son muchos los restaurantes donde puedes comer un cocido, pero si tienes suerte y te invita algún castizo auténtico a su casa aprovecha la oportunidad.
44. Comprar figuritas para el Belén en el Mercadillo de Navidad de la plaza Mayor
Cada año una o como mucho dos, es una tradición que te obliga a volver para ir completando la escena. A ser posible todas del mismo tamaño.
45. Hacerte una foto con el cartel de Schweppes de fondo
Es de primero de turista, pero de verdad que puede quedar muy bien desde alguno de los pasos de cebra (sin ponerte en peligro).
46. Ir de fiesta a Kapital
Pararse a ver a la gente bailar desde las plantas de arriba es una experiencia que todo madrileño debe llevar a cabo.
47. Hacer deporte en Madrid Río
También convalida hacerlo en El Retiro, pero disfrutar del pequeño río y su creciente fauna es un placer.
48. Pasear por el jardín botánico de dentro de la estación Atocha
Justo antes de irte de Madrid. ¿Quién no se ha hecho una foto aquí como preámbulo de un viaje en tren desde esa mítica estación?
49. Tarde cultural en el Matadero
En un mismo recinto hay cine, exposiciones, restaurantes, cursos y todo tipo de actividades para adultos y niños, además de algún que otro mercadillo en fin de semana. El Matadero es el gran centro de ocio alternativo del sur de la capital.
50. Vestirse de chulapa o de chulapo
Y hacerlo bien, los madrileños somos poco pejigueros con nuestras tradiciones, pero nuestras abuelas guardan como oro en paño los mantones de Manila y hay que aprovecharlos.