Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha planteado una propuesta de cambio horario de cenas y comidas al estilo londinense. Muy pronto, los negocios de hostelería podrán “atender a las costumbres internacionales de los turistas”. Esto se traduciría en comer entre las 12:00 y las 13:00 horas y cenar entre las 19:00 y las 20:00 h. La idea ha sido comentada por Chris Haslam, periodista británico de The Times.
“Al complacer a aquellos que son incapaces de integrarse se está creando una sociedad segregada (ya lo llaman el programa guiri o extranjero)”, explica Haslam en su artículo sobre el cambio de horario en los restaurantes. Además, el periodista cree que Ayuso está ignorando con esta medida una de las normas más antiguas del turismo: Quando Romae sum, ieiuno sabbato. Un popular dicho que los ingleses suelen utilizar (When in Rome, do as the Romans do) para decir que el extranjero es quien debe adaptarse a los nativos, y nunca al revés.
Una costumbre con explicación lógica
Comer y cenar tarde es casi una tradición en Madrid. La ciudad, al igual que el resto de España, tiene los horarios de comida más tardíos de Europa, algo que es herencia del huso horario español y de su tiempo de luz solar.
Desde 1940, España sigue la Hora Europea Central, la de Polonia y Alemania, en lugar de la Occidental (de Portugal y Reino Unido). Este huso horario nunca se llegó a adaptar al tiempo de luz solar —superior a la del resto de Europa— que le da fama a la Península. Mientras que en Berlín se pone el sol sobre las 17:00 de la tarde, en España no llega el atardecer hasta las 19:00 h (en verano la noche no llega hasta las 22:00 h).
Además, la cantidad de horas de luz solar y el buen tiempo del que suelen disfrutar los españoles ha promovido la cultura del ocio día y noche, la vida en la calle. Madrid, directamente, es una ciudad sin horarios.