El Palacio de la Prensa de Madrid, situado en plena Gran Vía y testigo de casi un siglo de historia cultural madrileña, se prepara para afrontar una de las reformas más ambiciosas de su recorrido.
Casi cien años después de su inauguración en 1930 por Alfonso XIII y Victoria Eugenia, el legendario edificio cerrará sus puertas a partir de 2026 para iniciar obras que se prolongarán dos años y cambiarán completamente su estructura y programación cultural, según la información aportada por El Confidencial.
La reforma, que llevará a cabo por la empresa Forter Unicorp Spain, pretende cambiar la organización actual y dar protagonismo a las galerías comerciales, mientras que las salas de cine ahora se reducirán. A nivel cultural quieren dar más protagonismo a los coloquios previos y posteriores a las proyecciones y continuar con su apuesta por los pódcast.
El Palacio de la Prensa cambiará su estructura interior

Uno de los cambios más llamativos es el traslado del cine principal a la segunda planta, con una sala que permitirá representaciones teatrales y premieres, mientras que la planta baja y el sótano se reconvertirán en una gran zona de ocio polivalente abierta a la plaza de Callao.
Las obras no serán fáciles de llevar a cabo por la relevancia histórica del edificio que ha sido sede de la Asociación de la Prensa de Madrid desde que se inauguró, además de albergar diferentes medios, un hotel en alguna de sus plantas, e incluso llegó a ser sede del Partido Socialista de Madrid. Sumado a esto, fue declarado Bien de Interés Patrimonial en 2017 por la Comunidad de Madrid.
Mientras se prepara para esta transformación, el Palacio de la Prensa ofrece una de las iniciativas más curiosas para cinéfilos y nostálgicos, en la que se pondrá a la venta sus emblemáticas butacas de cine. La venta, gestionada por la asociación Grupo Envera, comenzará en enero de 2026 y permitirá adquirir un trozo físico del pasado de la ciudad, en sus tiendas de los centros Islazul y Carrefour Ciudad de la Imagen.
Desde la célebre revista La Codorniz y la compañía de teatro de García Lorca en los años 30, hasta podcasts y espectáculos de humor como Estirando el chicle, Martita de Graná o Valeria Ros, han pasado por sus salas, el edificio es referencia obligada del ocio cultural madrileño.