No tiene rostro, tampoco un apellido. Banksy es Banksy. Y punto. Un artista que, cuando tiene algo que decir, deja sus reconocibles obras en muros de todas las ciudades del mundo. Su anonimato es parte de su identidad así como el carácter reivindicativo y social de todas y cada una de sus obras. Ahora, un museo dedicado a homenajearle, acaba de abrir en Arganzuela. Las entradas ya están a la venta.
Puede que el Museo Banksy te suene. Este museo instaló su primera sede en la ciudad de Barcelona y, a partir de 2025, estrena nueva ubicación frente al metro de Acacias (en el Paseo de la Esperanza, 1). Aquí, en un espacio de 1.500 metros cuadrados, se exponen réplicas de obras tan conocidas como Banksy’s Rage, el lanzador de flores o La chica del globo rojo; pero también de otras menos conocidas.
El objetivo de este museo es revisar la obra del maestro del street art a través de más de 170 reproducciones y analizar cómo y por qué ha conseguido dejar su huella en la historia del arte mundial sin necesidad de enseñar su rostro. También, gira en torno al eterno debate del grafiti (¿arte o vandalismo?) y plantea, obra a obra, reflexiones sobre la provocación y lo revolucionario de las obras de Banksy.
Banksy o el eterno debate
Hace años ya que la figura de Banksy se introdujo en el imaginario colectivo con un discurso político propio e indisociable de la realidad social en la que se encuentra. Cada acción, cada grafiti, genera una noticia internacional. Incisivo, descarado, directo, incómodo y sin filtro, las obras de este artista van más allá del lienzo o del muro callejero.
Por ejemplo, en 2015 abrió el tétrico parque de atracciones Dismaland en Somerset, una obra de arte efímero total antítesis de Disneyland cuyos materiales fueron usados para construir refugios para inmigrantes en Calais. O Walled Off Hotel, el hotel «con la peor vista del mundo», situado en Belén frente al muro construido por Israel alrededor de Cisjordania para cercar el supuesto territorio «ocupado» por palestinos.
Desde hace años, la figura de Banksy se introdujo en nuestro imaginario colectivo con un discurso político propio e indisociable de la realidad social en la que se encuentra. Eso ha ido generando dos posiciones: una de defensores y otra de detractores de este prolífico artista que empezó su trayectoria en el street art y bajo contextos más bien desfavorecidos. Ahora, este nuevo Museo Banksy nos acerca a su comprometida mirada a través de una exposición inmersiva permanente.