El nuevo centro sería un punto de entrada a una de las zonas con mayor riqueza patrimonial de la ciudad.
Situada en uno de los enclaves más importantes de la ciudad, especialmente en términos de movilidad (más aún con la ya anunciada ampliación de la Estación de Atocha), la clásica gasolinera situada junto a la principal estación de tren de Madrid ha comenzado ya a desmontarse.
El terreno que hasta entonces hacía las veces de gasolinera, pero también de punto de encuentro para despistados que no sabían dónde recoger a quien buscaban, se convertirá en un centro de información cultural.
El lugar es único. A pocos metros de los museos más visitados del país, el Prado y el Reina Sofía, pero también de la Cuesta de Moyano, el Pabellón de Hombres Ilustres del Retiro, la Fábrica de Tapices, el Museo de Antropología o el Jardín Botánico.
Además, al contrario de lo que podría pensarse, el punto de información se enfocará no solo a turistas, sino también a residentes en la ciudad, que son muchas veces quienes menos disfrutan de lo que Madrid ofrece.
De esta manera, este nuevo punto cultural actuaría como centro de recibimiento, facilitando el conocimiento y el acceso a Madrid y su riqueza patrimonial a través de uno de los puntos más vivos de la ciudad.
La obra sin embargo no será inmediata. Aunque ya se ha empezado a desmontar la estructura superior de la gasolinera, todavía no se ha tocado la subterránea. La obras podrían tardar hasta dos años.