Se espera que la obra finalice a finales de noviembre.
El Ayuntamiento de Madrid ha decidido revitalizar 10,8 hectáreas junto al Manzanares, en el distrito de Villaverde, que actúen como sumidero del dióxido de carbono que la ciudad genera. Para ello se plantarán 4.800 nuevos árboles de rápido crecimiento y se instalará una red de riego, dando lugar a nuevo bosque que ayudará a filtrar la contaminación del malogrado aire madrileño.
La obra se prevé que esté finalizada en noviembre, cumpliendo así con el protocolo de París de 2020 en su intento por transformar terrenos baldíos, reduciendo así los gases contaminantes culpables del efecto invernadero, entre los cuales el CO2 juega un papel clave.
El terreno destinado para este fin, que linda al norte y este con el Manzanares, al sur con la autovía M-45 y al oeste con la avenida de los Rosales, no tenía ningún uso en la actualidad más allá del de vertedero de residuos y escombros, de manera que era un lugar perfecto. Alrededor de 726.000 euros sustentan la financiación del proyecto.