Ay la música española de los 2000, ese pequeño paraíso terrenal de Fito y Fitipaldis, Amaral y La Oreja de Van Gogh… madre mía La Oreja de Van Gogh. Ya fuera con Amaia o Leire, el grupo ha compuesto himnos que se han hecho eternos. Y si el anuncio de que la primera vuelve a ser su vocalista ya nos llevó un poco a la morriña, el de que el año que viene harán gira por España con dos fechas en Madrid (28 y 29 de mayo) nos ha dejado sintiendo que estamos en Navidad.
Por eso y para celebrar tantas emociones en tan poco tiempo, venimos con una lista de planes que hacer en Madrid hoy (o el día menos pensado) si eres fan de la banda:
Comprar «rosas» en alguna de las floristerías madrileñas más conocidas

No esperes con la carita empapada esperando a que te las regalen a ti. Madrid está repleta de floristerías de todo tipo, desde los míticos puestos de Tirso de Molina hasta nuevos locales dignos de ser el centro de tu feed de Instagram. Brumalis, Lorena Marco Flores o Mon Parnasse son algunos de los escaparates que seguro que te has quedado mirando en algún paseo por la capital.
Si además de escucharlas eres más de ver rosas que de comprarlas, la rosaleda del Real Jardín Botánico o la de El Retiro es algo digno de ver (al menos) una vez en la vida.
Ir a un concierto dedicado a La Oreja de Van Gogh entre velas (como ese mosquito que sigue la luz)

A falta de que llegue mayo de 2026 para la gira, un concierto tributo a La Oreja de Van Gogh es una muy buena forma de escuchar sus canciones en directo. Y de una manera diferente, como ocurre en el caso de los conciertos Candlelight: el escenario del Círculo de Bellas Artes cubierto de velas, y un pianista profesional tocando en directo temas como Deseo de Cosas Imposibles. Nosotros, sinceramente, no necesitamos nada más.
Hacer una ruta por Malasaña en busca de un portal donde «puedas contar conmigo»

Aunque esperamos que no te tomes un café con sal, y especialmente que no tengas ganas de llorar, sí te aconsejamos hacer la ruta que podría haber hecho ese pobre muchacho del que hablaba Puedes Contar Conmigo. El barrio de Malasaña, la Plaza del Dos de Mayo o la Calle de la Palma son algunos de los lugares que forman parte del contexto de la música pop de los dos mil.
En esos años, Malasaña heredó el espíritu contracultural de la Movida, y la nueva generación encontró en este emblemático barrio un epicentro del pop-rock español. Un género del que La Oreja de Van Gogh fue parte importante. Así que perderse por sus calles es sinónimo de imaginar que cada portal puede ser donde el chico esperaba sentado en el suelo sin pensar.
Ir a un karaoke «la madrugada del 20 de enero» (o cuando sea)

Aquellos que no sean de la capital dirán que han venido a Madrid a estudiar, pero realmente el principal motivo es para ir a un karaoke y cantar 20 de enero. ¿Gritar «Y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer» con un micrófono y una base musical como guía? Solo dinos fecha y hora. Y lugar, porque la capital cuenta con muchos y muy variados karaokes en diferentes puntos de la ciudad. BAM Karoke Box en el barrio de Salamanca o Toni 2 en Salesas son dos nombres muy conocidos, pero también otros como Cheers Karaoke.
Probarte looks dosmileros en tiendas vintage como buena «reina del pop»

Pantalones de tiro bajo, cinturones anchos con tachuelas, collares sobre capas y capas de camisetas y chaquetas… iconos inmortales de lo textil. Y si la moda siempre vuelve, la dosmilera que se vestía en la época más exitosa de La Oreja de Van Gogh no es la excepción.
Por eso, si quieres revivir esos tiempos, Madrid cuenta con infinidad de tiendas vintage y de segunda mano como Magpie, Neare o La Mona Checa donde podrás encontar auténticas joyas tanto en ropa como en accesorios.
Visitar «París» sin salir de la comunidad

No hay necesidad de «recordar París» si estás en Madrid. Y aunque no es la Torre Eiffel de verdad, el Parque Europa es la vía rápida para sentir que estás en la capital francesa. O en Londres, o en Roma, o en Bruselas, o… porque este gran parque en Torrejón de Ardoz cuenta con 18 réplicas de monumentos europeos, incluido el símbolo parisino en el que sentir (metafóricamente) el drama de París de La Oreja de Van Gogh.
Ir a «la playa» de Madrid

Sabemos que ya refresca. Pero también sabemos que el tiempo en Madrid es impredecible, y eso significa que siempre viene bien tener planes para el calor por si acaso (incluso a finales de año). ¿Y qué mejor manera de honrar «La Playa» de La Oreja de Van Gogh que, literalmente, yendo a la playa? O, en el caso de Madrid, sus playas de interior y piscinas naturales, como es el caso de Las Presillas, El Muro o la del Alberche. No son como la de San Sebastián de la que habla la canción, pero en estas quizá también se podría escribir la canción más bonita del mundo.