¿Vosotros nunca habéis dicho eso de “cuando era joven cerraba la discoteca”? En mi caso, me creía la reina de la fiesta cuando llegaba a casa con mala cara, tacones en mano y los talones doloridos. Sin embargo, por caprichos de la vida, he acabado sustituyendo la palabra “discoteca” por otra con la que estoy mucho más familiarizada últimamente: casa.
Y es que este verano me he propuesto cerrar la “casa” por todo lo alto. Me refiero a ese oasis de tranquilidad ubicado en pleno centro de Madrid (C/ San Mateo, 15) en el que se puede hacer cualquier cosa que tu cabeza pueda llegar a imaginar. Este verano está siendo especialmente divertido gracias a Casa Corona, que me ha traído un poco de playa a la capital. Así que el próximo domingo 10 de julio, que es el último día que se podrá disfrutar de esta casa paradisíaca, tengo claro qué voy a hacer: despedirla como se merece.
Siguiendo la filosofía de “los domingos son los nuevos sábados” voy a empezar la mañana con una clase de surf a las 12h en la que, con ayuda de surfistas profesionales, conseguiré sortear las olas como si fuese hawaiana. Además, ¿quién quiere salir a correr por Madrid pudiendo surfear?
Cuando baje de las olas y toque tierra, me iré directa al taller de ilustración impartido por Ayma, que comienza a las 12:30h. No os preocupéis si sois de los que en Educación Plástica siempre ibais con la nota justa y os salíais del borde para colorear, en este taller no importa la destreza, sino la actitud. Y es que a través de los colores, descubrirás la importancia de sentirte libre con muy poco y a disfrutar al máximo de los pequeños placeres de la vida. Cuando acabes el taller, ¡te conocerás mejor a ti mismo!
Como mi intención es quedarme en Casa Corona todo el día, no me molestaré en ir a comer fuera, sino que a las 13h disfrutaré de un delicioso y suculento brunch. Os aviso a todos los que tenéis cierto reparo a este almuerzo anglosajón, que por 20€ comeréis mejor que en cualquier restaurante de la zona, ya que cuenta con bollería, tostadas, ensaladas, huevos benedictinos, steak tartar… ¡Y hasta tarta casera! Por supuesto, acompañaré este ligero “tentempié” con una cerveza Corona bien fresquita para acabar el fin de semana como se merece.
Y para acabar esta despedida a la mejor “casa” que he pisado este verano, acabaré asistiendo al programa de radio en directo El hombre que se enamoró de la luna. Además, allí tendré la suerte de ver a uno de los grupos que siempre tengo en mi lista de “Música TOP para alegrarme el día”: Miss Caffeina. Para todos los que queráis acompañarme en esta dosis de cafeína, la entrada es gratuita, así que no os lo penséis dos veces.
Después del concierto no me quedará otro remedio que decir: “Gracias Casa Corona. Antes de ti los veranos en Madrid eran agobio, asfalto ardiendo y un ruido constante, pero después de pasar tanto tiempo entre vuestras paredes he descubierto que surfear en el centro de Madrid es posible, que puedo convertir el balcón de mi casa en un perfecto huerto urbano y que mis manos son capaces de hacer cosas más allá de un collage. Esto no es un adiós Casa Corona, es un hasta pronto”.