Estos locales de Madrid guardan toda la esencia de Paquita Salas, por lo que no sería raro encontrarla en alguno de ellos.
Los que hemos sucumbido a los encantos de Paquita Salas vivimos un antes y un después en nuestras vidas. Si te gusta el gintonic, le habrás dado una oportunidad al Larios; sabrás que los torreznos están por encima de todo y te dará menos vergüenza admitir que tú tampoco caíste en mirar el spam cuando esperabas algún correo.
Paquita es mucha Paquita, por lo que ella no se adapta a Madrid, sino que es la ciudad la que cae rendida a sus pies. La prueba de ello es que hay unos cuantos lugares que parecen haber sido hechos por y para ella:
Templos del torrezno
Hay muchos lugares dónde sirven torreznos en Madrid que hacen que el botón del pantalón se desabroche solo, pero no todos son aptos para Paquita.
Los Galayos (C/ Botoneras, 5) es uno de esos sitios con solera en el que los camareros saben cómo toma el cliente el café porque lleva regentando el local toda la vida. Está situado junto a la Plaza Mayor y es un bar de los de toda la vida: de mantel, de platos abundantes de cocina castellana y de una larga carta de tapas. Ahí, en ese extenso menú a modo mandamiento, están sus torreznos. Puede que a Paquita le de igual la técnica previa empleada, pero sin ella, no tendríamos unos torreznos tan espectaculares. El secreto de los torreznos de Los Galayos está en su horno, ya que antes de freír la panceta, la secan en él a 120º durante dos horas.
Casa Alicia (C/ Recoletos, 7) no cuenta con años de historia a sus espaldas, pero sí que ha querido abrir sus puertas con sabor a antaño. Por eso Paquita se encontraría como pez en el agua entre las opciones de su carta. Es uno de esos locales que invita a la sobremesa y en el que los torreznos se sirven en barra acompañando a la bebida. Después, seguro que la representante seguirá teniendo hueco para la fabada asturiana o las lentejas con oreja.
Josealfredo Bar
Cuando Josealfredo abrió, Paquita y Paco (Andrés Pajares) aún eran pareja y las deudas de PS Management no eran un problema. Nosotros tampoco vivimos los años dorados de la coctelería, pero sí hemos pasado noches en ella y creemos que Paquita también. Hay poca luz y un público de lo más variopinto. En él, un grupo de mafiosos podrían iniciar un tiroteo; unos magnates podrían estar cerrando un negocio millonario y varias parejas dándose el lote apasionadamente (esto pasa el 100% de las veces que hemos estado). Y por supuesto, es el ambiente perfecto para que nuestra querida amante de los torreznos consiga más capítulos en Puente Viejo para Lidi. Además, sus cócteles están a la altura de la fama que tiene el local.
Calle de Silva, 22
Teatro La Latina
Lina Morgan ya era famosa cuando Paquita comenzó su carrera como representante, pero nos atrevemos a poner la mano en el fuego al pensar que la artista necesitó alguna que otra vez los servicios de Paquita. Ya fuese para conseguir algún invitado de última hora para «Hostal Royal Manzanares» o vestuario para «Celeste no es un color». A día de hoy, el teatro cuenta con una programación de éxito, pero sabemos que entre bambalinas no ocurre la misma magia al faltar la responsable del mismo. Seguro que Paquita siente lo mismo cuando va a él, pero sigue haciéndolo para rememorar todos esos recuerdos.
Plaza de la Cebada, 2
Toni 2 Piano Bar
Poco más hace falta decir de un Piano Bar y Paquita Salas. Quiénes han pasado una noche en el Toni 2, lo describen como un lugar tan rancio como maravilloso. Dos adjetivos que puedes pensar que no tienen sentido juntos, pero que entenderías perfectamente si despiertas con resaca tras una fiesta en él. Jose Manuel Parada debe ir a él cada vez que eche en falta los días en los que presentó Cine de Barrio. Aquí no hay Dj, hay pianista(s). Tres músicos se turnan cada noche para que el piano NUNCA deje de sonar mientras la clientela acaba cantando al unísono los temas más horteras que ha dado la música a modo karaoke. Seguro que Paquita ha acabado más de una noche dándolo todo en la barra al más puro estilo Coyote.
C/ Almirante, 9