El 13 de abril de 1973 se lanzaba en Reino Unido el sexto disco de David Bowie, Aladdin Sane. Con él, salía a la luz por primera vez una imagen que se convertiría en patrimonio del mundo, abriéndose una caja de Pandora que todavía llega hasta nuestros días: la famosa portada que el fotógrafo Brian Duffy realizó en su estudio con un David Bowie atravesado por un rayo: el rayo, rojo y azul.
Medio siglo más tarde, el dye transfer original de la fotografía, es decir, la única copia original que se conserva, se muestra en Madrid en la exposición Bowie Taken by Duffy que todavía podemos visitar en el COAM. La “Mona Lisa del Pop” cumple sus 50 años en Madrid y hemos venido a descubrir todos sus secretos.
1. ¿Por qué un rayo?
En una entrevista para la edición británica de la revista Icon en 2009, Brian Duffy desvelaba el porqué del rayo: «Bowie tenía una fotografía de Elvis con su famoso anillo con las siglas TCB ‘Taking Care of Business’ (famoso anillo por su forma de rayo) y quería hacer algo así; pero sucedió que a mí me habían regalado un aparato para cocer arroz. Era de National Panasonic y su logo era un relámpago y así es como salió todo”.
Otras teorías apuntan a un símbolo más evidente: Bowie, chico eléctrico, de energía desbordante, que relampagueaba conceptos, colores, personajes, personalidades. Saquen sus propias conclusiones.
El maquillador, Pierre Laroche, fue el encargado de ejecutar el maquillaje en el rostro de Bowie y, haciendo caso de las recomendaciones de Duffy, quien había pintado una idea de rayo en el rostro de Bowie, amplió este con un pintalabios rojo carmín. Se había creado el mito.
2. La fotografía más cara
Tony Defries, el manager de Bowie, buscaba con Aladdin Sane llegar a más audiencia: salir de Inglaterra, explorar el éxito mundial. Sabía que para ello la imagen era importante, más cuando hablamos de Bowie y su rupturismo estético, tan avanzado para la época. Defries quería que el sello de Bowie (RCA) hiciese una inversión a la altura: “Si la carátula costaba tanto dinero, era porque Bowie lo valía”, podemos leer en Bowie Taken by Duffy.
¿Qué hizo Duffy, entonces? Ser magnánimo encontrando la manera de incrementar la factura a lo grande cumpliendo sus sueños más perfeccionistas. Así, encargó imprimir la portada en siete colores (en ese momento, lo habitual era hacerlo en cuatro) a una empresa suiza.
La gota que se posa en la clavícula de Bowie es producto del ilustrador Philip Castle “un mago del aerógrafo”, como definen en la exposición. Fue él quien aportó esa luminosidad casi extraterrestre a la piel de Bowie basándose en una técnica que ya había utilizado sobre el cuerpo de la modelo Jane Lumb para el calendario Pirelli de 1973.
3. Los ojos de Bowie
Qué misterio guardará Bowie tras esos ojos cerrados. Curiosamente, Bowie tenía unos ojos excepcionales, producto eso sí de un evento nada excepcional. David Bowie sufría de una condición ocular llamada anisocornia (una de sus pupilas, la izquierda, estaba siempre más dilatada lo que hacía parecer que tenía ojos de colores diferentes). Esto fue fruto de una pelea callejera en su adolescencia, por el amor no correspondido de una chica.
Lo fácil sería haber utilizado esa fotografía tan impactante, con los ojos totalmente abiertos, con esa diferencia que le hacía tener una mirada tan especial. Con ese desafío a la cámara. Sin embargo, Duffy optó por los ojos cerrados. El misterio, la calma, el secreto. Tal cual, una «Mona Lisa del pop», como denominó Chris Duffy, hijo del fotógrafo Brian Duffy. La primera vez que la fotografía con los ojos abiertos se mostró al público fue en 2013 para la exposición sobre Bowie del Museo Victoria & Albert de Londres. El trabajo de Duffy y Bowie, parpadeaba.
4. Bowie hasta en el espacio
Si en estos 50 años el famoso rayo ha llegado hasta las neveras en forma de imán (por ejemplo) ¿por qué no enviarlo también al espacio… en forma de sello? El servicio de correos británico, Royal Mail, emitió en 2017 una serie de sellos sobre David Bowie. Entre ellos, obviamente, Aladdin Sane. Además, de estos sellos, 52 series se enviaron al espacio en un globo de helio. Una acción, casi una performance, para conmemorar el primer aniversario de la muerte del artista.
5. Billetes de Aladdin Sane
En Bowie Taken by Duffy podemos ver una serie de billetes con el cuño de Aladdin Sane. Se trata de Brixton Pound, una moneda que se utilizaba en este barrio londinense de forma independiente entre unos 250 locales comerciales y residentes. Lanzada en 2008, fue una solución a la crisis económica, ayudando a fomentar el comercio local y generando una economía circular… con el rostro de Bowie en los billetes de 10.
6. Isabel II, «Alladinsanizada»
La trascendencia de la imagen fue y es tal que a la propia Isabel II «le hicieron un Aladdin Sane«. Fue en 2008, durante una sesión fotográfica realizada por Chris Levine. Isabel II aprovechó un ratito de la sesión para descansar, cerrando sus ojos de manera apacible. El resultado es la fotografía titulada La ligereza del ser.
7. El icono que fue fruto de un error
El representante de David Bowie buscaba catapultar (todavía más) la carrera de Bowie para lo que buscó un fotógrafo que consiguiese captar y hacer crecer la creatividad del artista británico. Bowie conectó con Duffy casi de manera inmediata y su segunda sesión fotográfica juntos sería para hacer la portada de un disco llamado A Lad Insane. Duffy entendió Aladdin Sane y Bowie vio en este nombre una oportunidad, una puerta a un nuevo personaje que sería la evolución de su mítico Ziggy Stardust.
8. El rayo ya no es de Bowie ni de Duffy
Ese 13 de abril de 1973 en el que el rostro de Bowie se partía con un rayo de color, no sólo había nacido un disco: había nacido un símbolo. Uno que ha trascendido generaciones y que forma ya parte del imaginario colectivo. El rayo ha protagonizado campañas publicitarias (como una de Absolut Vodka), inspirado portadas de revistas (como la de 2003 de Vogue con Kate Moss maquillada a lo Aladdin Sane) y se ha convertido en un elemento que pertenece a todos.
Probablemente, haya personas que no sepan de dónde nace este rayo o incluso que tiene relación con Bowie. No importa. Lo que Duffy y Bowie consiguieron con una sola fotografía es llegar a todo el mundo con el poder de la imagen, del mejor logotipo jamás diseñado.