Piedras en una pared y gente valiéndose de ellas para trepar. Cuando se habla de la relación entre sencillez y fórmulas de éxito hay pocos ejemplos más claros que el de los rocódromos, que se han multiplicado en Madrid en los últimos años.
El último en llegar a la capital, Arkose, viene de Francia y de Bélgica (donde tienen 21 centros). Su apertura tendrá lugar el 4 de mayo y estará en el número 4 de la calle Leñeros (en pleno distrito de Tetuán).
Escalada y mucho más
La apuesta de Arkose es multidisciplinar e incorpora en su propuesta ideas a priori dispares entre sí en su espacio de 1.000 metros cuadrados. Este rocódromo tiene su propia marca de cerveza –que se llama Oskare y que es un anagrama de Arkose. Y también una cantina en la que se ofrece, según indican, “cocina casera gourmet de temporada con productos locales”.
La zona de escalada, lo fundamental, se divide en tres zonas de boulders. Tiene una altura máxima de 4,5 metros y 110 boulders en 100 metros lineales en 19 sectores. Y las dificultades se plantean para todos los públicos: desde extremadamente fácil a extremadamente difícil. La entrada de día cuesta 15€ –salvo en la happy hour, que se puede comprar por 11€.
Arkose y lo multidisciplinar de su oferta representan ese auge de un deporte que ya es olímpico y que tiene en el español Alberto Ginés al primer medallista de oro de la historia de este deporte. Pero lo cierto es que en los últimos años han abierto algunos espacios de referencia como Sharma Climbing Madrid o Sputnik, dos de los centros de escalada más grandes de España.