Nuestro cuerpo es el gran misterio del ser humano. Y para la propia ciencia. El arte de la anatomía trata de dar respuesta a cuestiones esenciales que explican el funcionamiento de nuestro organismo.
Por eso, y por otras razones que pasamos a explicar, la exposición Body Worlds: El Ritmo de la Vida, se ha convertido en la muestra itinerante más exitosa del planeta. Dedicada al arte de la anatomía, esta experiencia inmersiva traza una ruta por el interior del organismo humano y su relación con el mundo que nos rodea para tratar de entender la naturaleza humana.
Body Worlds: El Ritmo de la Vida es el sofisticado resultado de la colaboración de dos brillantes pensadores: el doctor Gunther von Hagens, creador de la revolucionaria plastinación de cuerpos, y la doctora Angelina Whalley, diseñadora creativa y conceptual de una exposición pensada para adentrarse en el cautivador interior del cuerpo humano.
Más de 200 especímenes plastinados del doctor Gunther von Hagens, entre los que se encuentra una veintena de cuerpos humanos completos, se distribuyen a lo largo de los más de 1.400 m2 del Espacio 5.1 de Ifema. La muestra gira en torno al estudio pormenorizado de los seis sistemas del cuerpo (el sistema nervioso, cardiovascular, locomotor, respiratorio, digestivo y reproductivo). Esta experiencia fascinante y divulgadora podrá visitarse hasta el 13 de abril de 2022.
Para entender la dimensión de la muestra es importante saber cuál ha sido la verdadera aportación de la plastinación a la medicina y, más concretamente, a la anatomía. Gunther von Hagens inventó esta técnica en la Universidad de Heidelberg (Alemania) en 1977 y, desde entonces, lleva desarrollándola. Años después, conoció a Angelina Whalley, también investigadora, que se convirtió en su pareja profesional y conyugal.
Consagrada al estudio de la anatomía, esta ambiciosa exposición funciona como vehículo para el conocimiento profundo de nuestra propia naturaleza gracias a elementos expositivos insólitos e innovadores. Body Worlds: El Ritmo de la Vida invita a reflexionar acerca del frenético ritmo de la vida moderna y los efectos que produce el estrés sobre el cuerpo y la mente, una cuestión de máxima actualidad estos dos últimos años.
Para medir el impacto y la acogida de esta singular muestra han analizado los datos de los visitantes de ediciones pasadas. El resultado arroja luz sobre las consecuencias del conocimiento colectivo: la muestra ha ayudado a quienes la han visitado a mejorar hábitos de vida y hacerlos más saludables.
Por otro lado, y como colofón, una de las grandes aportaciones de esta muestra ha llegado a través de miles de personas anónimas. Los especímenes anatómicos son reales y proceden de aquellos que decidieron en vida poner en manos de la medicina sus cuerpos una vez fallecieran. El conjunto de donaciones desinteresadas han permitido desarrollar no pocas investigaciones científicas en marcha y hacer realidad esta inmensa exposición que no debemos pasar por alto.