Cuando Piedi, la abuela de Vera Noor comenzó a perder la memoria, dejó poco a poco de hablar y empezó a cantar sin parar todas las canciones de su juventud. Ella, que pasaba horas acompañándola, terminó por aprenderse de memoria su improvisado repertorio. Y lo hizo, claro, sin haber escuchado nunca las versiones originales de las canciones.
«Años después me senté a buscar las originales y me encontré con la sorpresa de que me sabía al pie de la letra, incluyendo los arreglos de orquesta y gestos que acompañaban a cada frase, de todas estas zarzuelas, chotis y jotas, porque exactamente así las cantaba mi abuela», nos dice la cantante madrileña. «Me di cuenta entonces de que la música es lo primero que se aprende y lo último que se olvida porque contiene un océano infinito de emociones y recuerdos».
Sin saberlo, durante años, Piedi estaba preparando a su nieta para uno de los conciertos más íntimos y emotivos de su vida. Un tributo Candlelight a las canciones de siempre con el que Vera Noor quiere homenajear a su abuela pero también a las abuelas de todos nosotros. «Para mí cantar las canciones de mi abuela es rendir un homenaje a su generación, a su tiempo, a su experiencia vital».
Un homenaje a toda una generación
A diferencia de lo material, la música es eterna. Transmitida de forma oral durante siglos –especialmente en España, donde cada reunión social acababa con alguien sacando la guitarra y arrancándose a cantar– ha conseguido permanecer en el tiempo casi intacta y aún a día de hoy nos sigue emocionando como a sus primeros oyentes.
Sus letras, con sus matices, resuenan igualmente en la actualidad. Estas hablan de sentimientos universales que poco entienden de épocas o períodos. Bien lo explica Vera Noor, que cree que aunque «la música –como todo el arte– es una representación de la sociedad, […] la tradición oral transmite una sabiduría que está por encima de las circunstancias concretas de una generación».
Y son justamente estas enseñanzas que su abuela le dejó en forma de canciones, las que la joven quiere transmitir cuando se suba al escenario del Ateneo de Madrid el próximo domingo 29 de octubre. «Con este concierto espero hacer un hueco a las canciones –y por extensión, las vivencias– de otra generación, porque creo que hay mucho que aprender y rescatar de ellas».
Del salón de su abuela al Ateneo de Madrid
En este concierto Candlelight, Vera Noor estará acompañada a la guitarra por Raúl Fernández-Corredor, al contrabajo por Paolo Furio Marasso y a la percusión por Toni Carmona. Y juntos interpretarán temas del cancionero español en todo su esplendor. Desde chotis y zarzuela pasando por coplas, flamenco, jotas, boleros o tangos. Un completo repertorio con canciones de ayer que siguen erizándonos la piel hoy.
Fue su abuela Piedi la que le enseñó la mayoría de estos temas, además fue de ella de quien heredó su habilidad para cantar. Sin embargo, los boleros y tangos, además las canciones populares del norte, como las típicas asturianas que se incluyen en este tributo Candlelight, las aprendió de su otra abuela, Tatín, de origen asturiano.
Así, uniendo norte y sur, familia materna y paterna y música de ayer y de hoy, la madrileña Vera Noor rinde tributo a toda una generación de la mano de Candlelight. «Espero que todas las personas mayores que asistan a este concierto se sientan incluidas en el mundo de hoy, que sepan que los jóvenes les admiramos y respetamos, y que nunca vamos a olvidarnos de sus enseñanzas, consejos y, por supuesto, de sus canciones».
Vera Noor inundará con su música –y la de tanta gente– el Ateneo de Madrid el próximo domingo 29 de octubre. Y lo hará en dos pases de una hora aproximadamente cada uno: a las 19:00 y a las 21:00. Como en todos los conciertos Candlelight, la iluminación será únicamente a través de velas, creando un ambiente íntimo y acogedor que realzará aún más este importante homenaje.