Para entender la historia detrás del Alpha Tauri con el que Pierre Gasly ganó el Gran Premio de Italia, hay que asumir que la Fórmula 1® es un deporte lleno de contradicciones.
Su principal contradicción es que está completamente basada en la ciencia, en los números, las estadísticas, la aeronáutica y los cálculos, pero al mismo tiempo está llena de suertes, misterios, y, sobre todo, supersticiones.
Una de estas supersticiones es la responsable de que la exposición de Fórmula 1® haya decidido incluir entre sus tesoros el coche Alpha Tauri con el que Pierre Gasly ganó su primera (y por ahora única) carrera en el circuito de Monza. Hay muchas otras, más y menos serias. En teoría, cada vez que Lewis Hamilton sube una foto sin camiseta a redes sociales alguien dimite o es despedido. También está la creencia de que quien gana la primera carrera de la temporada acaba quedando segundo en el campeonato.
El circuito de Monza tuvo durante varios años un misterio que jugaba una suerte de bendición y maldición. No lo necesitaba para ser histórico. Situado al norte de Italia y creado en 1922, es el circuito más antiguo de Europa.
Desde 2019, ocurría con el Gran Premio de Italia algo muy curioso. Siempre pasaba algo que hacía que ganase la carrera un piloto inesperado, que no estaba entre los favoritos pero que al mismo tiempo necesitaba desesperadamente ese triunfo en ese punto concreto de su carrera.
En 2020, le llegaba el turno al francés Pierre Gasly, que conseguía así su primera y por ahora única victoria mientras pasaba por una de las peores épocas de su carrera y de su vida. En la temporada pasada, había sido relegado al equipo menor de Red Bull tras no haber sido capaz de estar a la altura del ahora bicampeón Max Verstappen. Este cambio se había visto como un castigo, ya que habitualmente los pilotos pasaban de Alpha Tauri (o Toro Rosso, su antiguo nombre) a Red Bull y no al revés.
Además, a este retroceso en su carrera, se le sumaba una tragedia personal. En la temporada 2019, perdía la vida su amigo Anthoine Hubert, piloto de Fórmula 2, tras un aparatoso accidente en el Gran Premio de Bélgica. Es en este contexto en el que un año después, el circuito de Monza hacía su magia para darle a Pierre Gasly la oportunidad de demostrar sus habilidades y defender su futuro en el deporte.
La naturaleza de la victoria, la primera de un francés en la Fórmula 1® desde 1996, cautivó a los aficionados y acaparó titulares en todo el mundo. Gasly, que salía 10º, se puso en cabeza en la vuelta 28, tras 25 minutos de bandera roja en Monza.
Perseguido de cerca por Carlos Sainz, de McLaren, y Lance Stroll, de Racing Point, Gasly y su Alpha Tauri AT01 con motor Honda marcaron el ritmo hasta la línea de meta para conseguir su primer título de la historia y el del equipo de Fórmula 1®, marcando un momento histórico en este deporte.
«No hay nada mejor que te llamen ganador de una carrera de Fórmula 1®. Diría que en mi vida es probablemente lo que mejor me ha sonado de todo. Ha sido un momento increíble», explica Gasly en su entrevista con el equipo de Fórmula1®: The Exhibition.
Su victoria llamó incluso la atención del presidente de la República de Francia, Emmanuel Macron, como explicó Gasly: «Era 2020, justo en medio del COVID, así que no teníamos espectadores ni nadie en el paddock. Yo estaba en lo alto del podio sin nadie en la tribuna. Fue una celebración muy, muy extraña. Y un par de minutos después, el presidente francés me llamó para felicitarme por la victoria, pero desgraciadamente no pude contestar porque estaba en el debriefing. No pude contestar a mi presidente, lo que fue terrible. Intenté devolverle la llamada, pero estaba muy ocupado con otras cosas, ¡así que no conseguí hablar con él!».
Hace unas semanas informábamos de que la exposición iba a enseñar en directo los restos del coche accidentado de Romain Grosjean. Si ese Haas medio carbonizado es la prueba de los avances tecnológicos de este deporte, el Alpha Tauri de Pierre Gasly es la prueba de que aparte de contar con la ciencia, la Fórmula 1® siempre podrá contar también con un toque de magia.
Al principio describíamos la suerte de Monza como una bendición y una maldición. La parte positiva, ya la sabéis. La parte negativa, consiste en que en los milagros como la victoria de Gasly, el piloto ganador siempre sufría algún tipo de percance el año siguiente que le impedía terminar la carrera, como si su triunfo hubiera sido un préstamo por parte del circuito y no un regalo.
Otro detalle a tener en cuenta es que el año pasado ganaba la carrera un Max Verstappen que no necesitaba precisamente la magia para mantener su dominancia. Veremos este año si la maldición continúa o el piloto holandés es capaz de romperla.