Hemos tenido que esperar hasta finales de octubre para que el aire se sienta más fresco, llueva de vez en cuando, las hojas de los árboles empiecen a crujir en el suelo, y el aroma de las castañas asadas comience a impregnar las calles. Sin embargo, en lugar de limitarse a los puestos escasos puestos que sobreviven la capital, existe la opción de recolectar el fruto directamente. La Comunidad de Madrid, con sus vastos paisajes forestales, tiene los escenarios perfectos para honrar esta tradición otoñal.
Para encontrar bosques de castaños, en el que dar un paseo inmerso en la naturaleza y terminar una cesta llena, es necesario dirigirse hacia la zona noroeste de la región. En esa dirección, el arbolado gana densidad, y los castaños crecen con vigor, lo cual constituye una excusa más para alejarse de la capital y aventurarse en su sierra.
¿Cuáles son los mejores bosques para la recolección de castañas?

La principal zona de búsqueda se sitúa en la Sierra de Guadarrama. Aunque se desaconseja la recolección exhaustiva en el Parque Nacional, el entorno que circunda el Valle del Tiétar es el área idónea para esta actividad.
El Bosque de la Herrería, adyacente a San Lorenzo de El Escorial, es un paraje frecuentado en esta época del año. Sus senderos cuidados y su proximidad al emblemático Monasterio lo transforman en una escapada clásica y es habitual que haya mucha gente y escasee el aparcamiento, así que se recomienda ir temprano y aprovechar para hacer una pequeña caminata hasta la Silla de Felipe II.
Otro municipio conocido por sus castaños es Rozas de Puerto Real, zona fronteriza con Ávila, que alberga el castañar más extenso de la Comunidad de Madrid. Se trata de un lugar donde la tradición de la cosecha está profundamente arraigada, porque es una zona con mucha humedad que es esencial para que este tipo de árbol crezca. Su extensión atrae año tras año a numerosos recolectores, aunque siempre se recuerda la necesidad de no excederse recogiendo castañas.
Muy cerca, también está Cadalso de los Vidrios, conocido por su tradición vinícola, y que también se distingue por sus montes poblados de castaños. Las rutas que parten del pueblo hacia la sierra cuentan con considerables oportunidades para encontrar el fruto, siendo un destino privilegiado en la temporada de otoño.
Tampoco se debe ignorar el Valle del Lozoya en la zona norte de la región, más allá de su embalse y su impresionante entorno, es posible descubrir rincones menos transitados donde estos árboles monumentales aguardan.
¿Cómo se identifica la castaña comestible y cuál es el método de recolección?

No todas las castañas son aptas para el consumo. Es preciso buscar los erizos de castaño caídos de tono marrón claro, lo cual indica que el fruto ha alcanzado su punto óptimo de maduración. Es importante destacar que los erizos presentan una notable agudeza, por lo que unos guantes de material grueso se consideran el accesorio imprescindible para evitar las punciones.
Para el transporte, se recomienda el uso de una cesta de mimbre o un saco de tejido natural. Este tipo de recipiente permite la ventilación de los frutos, preservando su frescura hasta el momento de asarlos o cocinarlos. Y, por supuesto, se impone el civismo: únicamente se debe recolectar la cantidad necesaria, dejando el excedente para que la fauna local y otros aficionados disfruten igualmente del obsequio del bosque.
¿En qué casos se considera ilegal la recolección de castañas?
Es crucial conocer los límites. La actividad se convierte en ilegal cuando se realiza en fincas privadas sin el permiso explícito de los propietarios. Del mismo modo, está terminantemente prohibida la recolección con fines comerciales; solo se permite una recogida de carácter doméstico y de subsistencia, cuyo límite de peso suele estar regulado por las autoridades locales (a menudo, no superando los 5 kg por persona). Además, la recogida está vetada en aquellas áreas catalogadas como Reservas Naturales Integrales o Zonas de Especial Protección (salvo permisos específicos), y se penaliza la acción de dañar el árbol para provocar la caída del fruto.