El Ayuntamiento de Madrid ha estrenado su vídeo promocional del Orgullo 2019, una pieza breve que visibiliza los problemas y las reivindicaciones del colectivo.
Los detractores de las celebraciones del Orgullo LGTBIQ+ siempre blanden los mismos argumentos. Están los paladines de la convivencia vecinal, que hacen de la contaminación acústica su dragón particular. Otros apuntan con dedo tembloroso al escándalo público que ellos mismos vaticinan: desnudez, alcohol a raudales, indecencia. También hay un grupo que arruga la nariz ante la «frivolidad» del evento o califica la totalidad del Orgullo como un derroche caprichoso e innecesario.
La bandera arcoíris, el acentuado maquillaje drag y las carreras de tacones a veces deslumbran, pero no ciegan. Detrás del exuberante Orgullo hay dolor, lucha y reclamo de derechos. Hay violencia en las aulas y en las calles. Hay incomprensión familiar e intolerancias sociales acabadas en el sufijo fobia, como si las cuestiones de sexo y género pudieran miedo.
Los bastidores de esta fiesta que también es lucha quedan a la sombra de la exaltación alegre y orgullosa de la diversidad sexual. Pero existen, y el Ayuntamiento ha arrojado un torrente de luz sobre ellos con un vídeo promocional que sorprende por su sensibilidad y su ausencia de paternalismo.
El vídeo bucea en el transfondo del Orgullo sin convertir a los protagonistas en víctimas. Hay dolor, pero también coraje. Hay obstáculos, pero también lucha. Hay, ante todo, Orgullo.