Puro. Sin adornos. Crudo. Así es el espectáculo Essential Flamenco, una nueva experiencia que llega al centro de Madrid en un tablao que conserva la autenticidad de las farras flamencas: fuera micrófonos, fuera altavoces. Aquí, en esta cueva histórica de la ciudad, la música se vive en las carnes y ya puedes hacerte con tus entradas para sentirlo en primera persona.
Essential Flamenco viene a llenar un vacío en Madrid. Shows flamencos hay muchos y muy buenos, pero faltaba el toque mágico: volver al origen y deshacerse de florituras; volver a la intimidad y el resonar de las cuevas.
La experiencia empieza en la superficie, cuando con la luz del sol el espectador llega hasta esta céntrica ubicación (calle de la Cruz, 26). Al atravesar las puertas de Essential Flamenco la atmósfera cambia: es un lugar especial, un templo para el flamenco que exhala arte en todos sus rincones.
Parte del ritual implica brindar con una copa de cortesía (sangría, cerveza, vino o refresco) mientras suenan clásicos del género. Y, un poco antes del arranque del espectáculo, se ofrecerá una breve charla, de apenas quince minutos, que resume la historia del flamenco y sus raíces.
Tocar bajar: tras descender las escaleras del Teatro Tablao Flamenco Torero aparece una cueva de ladrillo de más de 180 años, el lugar donde ocurre la magia. Y aquí hay que desprenderse de lo innecesario: no hay micrófonos, no hay servicio gastronómico (no se escucha el repiquetear de la cubertería; solo flamenco), no hay altavoces. Todo es natural, íntimo, cercano y parte de lo más hondo de los artistas, del arte jondo.
La filosofía de Essential Flamenco se fundamenta en cinco pilares: autenticidad (con esa vuelta al flamenco primitivo “que llega a la raíz jonda y pura”, como definen sus creadores), respeto por el arte (ARTE en mayúsculas, con grandeza y elegancia, evitando ruidos que entorpezcan la experiencia), cercanía (de tú a tú, conectando con el duende), intimidad (pura conexión, el espectáculo envuelve al espectador) y vuelta a las raíces (sin maquinaria, adorno ni artificio).
Los nombres tras el espectáculo
La tramoya de este espectáculo flamenco la mueve la pasión de personalidades como Juan El Mistela, director artístico del show. Premio Nacional de la Crítica Flamenca, el mote le viene puesto Farruco: “Eres como el vino andaluz Mistela, a veces dulce, a veces amargo, siempre con sentimiento”.
Este, dirige a profesionales de la talla de las bailaoras Andina Melo Dupak, Judith Vargas y Atenea Toro así como a José «El Bocadillo”. En la parte musical, resuenan en esta cueva las voces de dos cantaores, Eleazar Cerreduela y Rubén Motos; la percusión de Rafael y Kike Jiménez; y el guitarrista Carlos Orgaz.
En este rincón se desatan las pasiones, la energía abrumadora de los palos flamencos, de las bailaoras y los bailaores, del cajón, de la guitarra española… Pura farra.