El histórico Hipódromo de la Zarzuela, una de las joyas arquitectónicas españolas de principios del siglo XX, cambia su horario estos meses, aprovechando las maravillosas temperaturas y su privilegiado espacio durante las noches de verano. Estas veladas son un compendio de experiencias: carreras de caballos y ponis, partidos de horseball, diferentes food trucks… Puedes hacerte aquí con tus entradas.
Durante el mes de julio, podrás disfrutar de este cierre tardío del Hipódromo de jueves a sábado. En agosto, serán cuatro noches las elegidas: los días 1, 3, 8 y 10.
Las Noches del Hipódromo: todo lo que ocurre cuando sale la Luna
Toda jornada en el Hipódromo comienza con una buena carrera. Con la pasión por estos majestuosos animales que, a toda velocidad, galopan para conseguir ser los primeros en cruzar la línea de meta. Pero cuando se celebran las Noches del Hipódromo, la carrera no acaba ahí para los madrileños: es solo el punto de partida.
Estas veladas nacieron hace unos años para alargar la emoción de las carreras y para ofrecer un espacio distendido y gastronómico desde el que disfrutar de las veladas de verano. La entrada al evento incluye el acceso a las carreras, al recinto en el que se ubican diferentes food trucks, así como a una consumición (cerveza, vino o refresco).
Pero hay mucho más: el Hipódromo completa la experiencia ofreciendo una amplia variedad gastronómica para todos los gustos, magníficas terrazas y jardines para disfrutar de las noches estivales al aire libre con música ambiente, copas premium y picoteo gourmet.
Un plus: con la entrada, tendrás acceso gratuito al parking o, si lo prefieres, podrás coger los autobuses lanzadera gratuitos que el Hipódromo pone a disposición de los noctámbulos desde el Paseo Moret.
El Hipódromo de la Zarzuela, un gran epicentro social madrileño
En 1934, se proyectaba en Madrid la construcción del Hipódromo de la Zarzuela, un lugar que finalmente se inauguró en 1941 y que durante la década de los 50 se convertiría en epicentro de la vida social de la ciudad. Hoy en día, sus tribunas (declaradas Bien de Interés Cultural desde el año 2009) acogen a amantes de los caballos, de las carreras, de la emoción de la pista… y en verano, también, a cazadores de melodías y de la mejor gastronomía.