¿Qué convierte en arte a un elemento? Habrá quien afirme sin dudar que la intención, quien diga que la crítica, quien piense que el paso del tiempo y quien asegure que el contexto. A este último grupo de personas pertenecía Saul Steinberg (Râmnicu Sărat, Romania, 1914 – Nueva York, 1999), uno de los ilustradores más influyentes del siglo XX cuya obra llega a Madrid en octubre.
El ilustrador rumano dijo que «la gente que ve un dibujo en The New Yorker piensa automáticamente que es chistoso porque es una caricatura. Si lo ve en un museo, piensa que es artístico; y si lo encuentra en una galleta de la suerte, piensa que es una predicción.”
Sus caricaturas e ilustraciones, entonces, solo faltarán por salir en galletas de la suerte para cubrir todos los formatos que planteó. La obra de Steinberg, a quien se le considera uno de los ilustradores más destacados del arte de la posguerra y que se definía a sí mismo como “un escritor que dibuja”, llegará a la Fundación Juan March (Castelló, 77) el 18 de octubre y permanecerá hasta el 12 de enero.
Saul Steinberg: una carrera en The New Yorker
Los dibujos de Steinberg incorporaban multitud de técnicas que van desde la pintura al fotomontaje pasando por el collage. Y la plataforma en la que se podían ver sus obras era la popular revista The New Yorker, para quienes colaboró durante seis décadas.
La crítica del momento lo llegó a comparar con otros artistas coetáneos como Picasso o James Joyce, debido a la variedad de lenguajes estéticos que utilizabas. Lenguajes y también materiales, técnicas, medios o semántica.
Un despliegue de humor y de crítica –de sátira, en suma– que llegará a través de cerca de cuatrocientas piezas procedentes de distintas colecciones a la Fundación Juan March.