La caída de las hojas es ese fenómeno natural tan romántico, otoñal, preciosista incluso, que indica que llega el frío, el recogimiento y los planes de chimenea y manta. Pero ¡ay, amigos!, en Madrid nunca nada es lo que parece. Falling Leaves llega a la ciudad con un concepto rompedor, unificar, bajo un mismo techo, la mejor gastronomía mediterránea y de temporada con actuaciones, shows, espectáculos de toda índole.
Falling Leaves es un dinner show solo para adultos ubicado en Bingo Roma que se sustenta en tres pilares: ocio, música y cocina, la tríada del disfrutón desplegada en un gran espacio con más de 900 m2 y con capacidad para 350 personas.
Cocina mediterránea y mucho más
Juan Luis Dastis (cocinero formado con Salvador Gallego y Alberto Chicote y cuya trayectoria le llevó a ser jefe de cocina en Harrods y trabajar en Opium, Pachá o Café del Mar) es el encargado de los fogones de Falling Leaves. Se trata de una cocina basada en el producto de temporada y con un estilo tradicional y mediterráneo que no se cierra a lo disruptivo. Dos de sus protagonistas son el horno de leña y la parrilla: el fuego como leitmotiv.
En la carta diseñada por Dastis destacan platos como el steak tartar con crujiente de tupinambo o el falso canelón de calabacín con centollo donostiarra. Pero, además, propone un irresistible menú ejecutivo (14 €) conformado por tres primeros, tres segundos y dos postres a elegir. Un menú que podrás degustar de lunes a viernes de 13.00 a 16.00h (excepto festivos).
Pero, eh, todavía hay más. Hay dos días especiales para Falling Leaves (y para los amantes de la gastronomía).
- Los viernes son para el cocido (con una materia prima espectacular). El cocido de Falling Leaves presume de unos garbanzos lechosos del sur de España que se cocinan durante horas con las carnes y las verduras a fuego lento. A mayores, el tuétano se sirve a la brasa de carbón con un majado de tomate, comino, ajo y aceite «receta de la abuela». Un cocido en tres vuelcos (sopa, garbanzos con verduras y repollo, carnes y tuétano) para chuparse los dedos.
- Los domingos son para el brunch. Un brunch musical en el que no faltan clásicos como la tosta de aguacate, salmón, rúcula y AOVE o los huevos Benedict en pan brioche tostado, salsa holandesa, rúcula y tomate seco.
Y más fuego que habrá en este gran espacio para eventos dividido en dos zonas diferenciadas: una de mesas altas y un salón de mesas bajas. En ellos, los jueves se dedicarán al jazz, los viernes al flamenco y los sábados a las canciones de ayer y de hoy. Diferentes shows en los que será protagonista la propuesta musical del prestigioso productor Eugenio Gurumetea.