Seguro que más de uno corrió a pillar alguna oferta de gimnasio en cuanto se comió el último helado de la temporada. Y es que el verano es muy bonito hasta que vuelves a ponerte los vaqueros y ves que ni haciendo bailes extraños suben. Por eso y para que no te pille el toro, este año empiezas la operación bikini justo cuando guardas el de este último verano. Pero cuando entras a la sala de máquinas, no solo te encuentras gente buenorra, también hay una extraña fauna de gimnasios que hace que pienses que no eres el que peor está:
El croissant: si lo miras de cintura para arriba parece el primo de Schwarzenegger, pero de cintura para abajo tiene las piernas de una jirafa. ¿Sabrá que hay máquinas para ejercitar estos músculos?
Los selfieristas: se saben mejor los filtros de instagram que el funcionamiento de las máquinas y lo que buscan es ganar seguidores, no músculo.
Las “antes muerta que sencilla”: van maquilladas al gimnasio y no te explicas por qué no sudan. Normalmente llevan ropa radiactiva, y hacen migas con los selfieristas.
El/la gamba: tienen cuerpazos ideales, pero la cara no pueden mejorarla con el deporte…
vale, la imagen no tiene mucho que ver, pero es que esto fue muy bueno…
El relaciones públicas: parece que el gimnasio le paga por molestar amenizar a los demás. Se mete en todas las conversaciones, te da consejos sin que los pidas y hasta te coge la botella sin preguntar.
El/la que va sin toalla: curiosamente suele ser muy sudoroso, pero nunca trae toalla y no sólo te deja la máquina empapada, sino que también te toca justo cuando se ha pasado la mano por la frente…
Los “vírgenes”: no saben cómo colocarse para hacer el ejercicio y tú no sabes si ayudarle o reirte.
Los quiero y no puedo: intentan levantar pesas por encima de sus posibilidades pero lo más probable es que acaben lesionados.
El “caluroso”: necesita mostrar al mundo sus logros, así que no te extrañes si se quita la camiseta y las mayas son tan estrechas que marcan más que abdominales…
Los escandalosos: ya sea la que manda audios de whatsapp para hacer saber que está en el gimnasio o el que comparte su música con toda la plantilla, si les dices algo, se van a sentir ofendidos.
Los de los descansos: pueden pasar hasta tres horas en el gym, pero con descansos de media hora entre ejercicio y ejercicio.
Los “isotónicos”: para ellos, beber dos litros de agua al día es de principiantes. Toman tantas bebidas de colorines que seguro que cuando van al baño es toda una aventura.