Como casi todo en la vida, resulta complicado encontrar consenso en torno a la pizza gastronómicamente perfecta. Porque, al contrario de lo que sucede con las madres, pizza no solo hay una. Por eso, hoy queremos hablar de la pizza napolitana.
Para los expertos de la receta napolitana, las grandes virtudes de Grosso Napoletano se sustentan en el horno, la masa, los ingredientes y, por supuesto, los pizzaioli, los maestros de la pizza napolitana. En 2017, su labor fue declarada Patrimonio Intangible de la Humanidad de la UNESCO.
¡Prueba la auténtica pizza napolitana en Grosso Napoletano!
Las pizzas se elaboran con ingredientes frescos y de primera calidad, procedentes semanalmente de Italia. Cada mañana, los hornos de leña de Grosso Napoletano se ponen en marcha a 500 ºC que, al final del día, habrán horneados decenas de pizzas.
La masa sigue un proceso de doble fermentación de 48 horas, a base de harina de fuerza italiana y masa madre, dando como resultado la característica elasticidad de sus pizzas.
En 2017, el primer restaurante de Grosso Napoletano estrenó sus hornos con el fin de dar a conocer el sabor de la pizza napolitana. Cuatro años después, la cadena ha sido reconocida como una de las diez mejores cadenas de pizzerías artesanales del mundo en el ranking que elabora anualmente 50 Top Pizza.
En 2019, el mismo organismo reconoció su local de Santa Engracia como mejor pizzería napolitana de España y, en 2020, entró en la lista de 10 mejores cadenas de pizzerías artesanales de Europa.
Hoy en día, la cadena atesora 12 locales en Madrid, entre los que está Grosso Senza Glutine, la primera pizzería de España en ofrecer pizzas 100% sin gluten y otro restaurante dedicado exclusivamente a delivery. Además, cuentan con una sede en Barcelona y otra en Valencia.
Con todo, su labor empresarial trasciende el ámbito meramente gastronómico. Grosso Napoletano reivindica su compromiso social con iniciativas como Food4Heroes.
Impulsada durante la primera fase de la crisis sanitaria, la iniciativa distribuyó varias toneladas de comida a millares de sanitarios y movilizó a otros 140 restaurantes que prestaron sus servicios a 22 hospitales en un mes y medio.
Además, las raciones de comida se distribuyeron en residencias, comedores sociales y personal del SUMMA 112, Policía Nacional y Guardia Civil. Su estela alcanzó dimensiones internacionales: Roma, Londres, Chile y México quisieron sumarse a la causa.