A todos nos ha pasado durante estas difíciles semanas. Cuando verdaderamente pensábamos que esto iba a durar alrededor de 14 días, quién más quién menos olvidó algo en su empresa o pensó que no necesitaría esa batidora dejada en casa de un amigo.
Para toda esa gente que ha tenido una necesidad, ha llegado una solución: Lacher Courier. Lacher Courier es una empresa que, en palabras de Oskar Lacher, su dueño, “siempre nos hemos dedicado al servicio de transporte y paquetería”. Ahora, le han hecho crecer el concepto de su negocio: han empezado a trabajar para particulares.
¿Cómo? Lacher Courier hace servicios inmediatos: en apenas una hora pueden llevarte las croquetas de tu abuela o hacer que tu amigo te devuelva la Play Station. Todo, claro, respetando un protocolo de sanidad: “no dejamos copia del albarán, nuestros repartidores apuntan DNI verbalmente, no tienen contacto con la persona, dejamos el paquete a una distancia de seguridad y el mensajero va con mascarilla y guantes”.
Sobre la función de Lacher Courier durante estas semanas, Oskar dice que “hemos abarcado muchas necesidades de mucha gente”. Y eso lo han conseguido no solo prestando un servicio de calidad, rápido y efecto, sino también humano. Para Lacher Courier, los clientes no son números, no; son “nombres y apellidos”. Son personas. Y en un momento de deshumanización, es totalmente necesario apoyar a las pequeñas empresas que valoran a las personas.