Hace unos años (ahora ya es menos habitual) no era raro encontrarse por Malasaña al típico hípster paseando por el barrio con una barba que le llegaba al primer botón de una camisa de leñador. A ese hípster le faltaba un accesorio (e igual no lo sabía): el hacha. Ahora, totalmente fuera de moda, ese hípster (y todo hijo de vecino) puede consolarse en Urban Safari.
El concepto es el siguiente: tú, un hacha y una diana. Nada más sencillo que eso, nada más divertido que eso, nada más cerca de la realidad que lo que puedes disfrutar en calle de las Delicias, 9.
El lanzamiento de hacha, que es un deporte con toda una legión de seguidores en Estados Unidos, ha llegado a Madrid. Y ha llegado para quedarse. Si ya llegaron y se asentaron los dardos, ¿cómo no va a entusiasmar una idea que se le parece mucho pero que es más divertida, más brutal y más salvaje?
En lo que supone una liberación de adrenalina con casi ningún parangón en otra forma de ocio, el lanzamiento de hacha también aparece en un momento clave. En una época en la que incluso a los bolos se juega en smartphones o en consolas, hay que reivindicar cualquier expresión de ocio analógico.
Las sesiones de Urban Safari son de 55 minutos y lo cierto es que son bastante instructivas: desde que entras ya te están diciendo incluso qué ángulo tienen que formar isquio y gemelo para que tu lanzamiento sea lo más acertado posible. Y te interesa acertar porque el lanzamiento de hacha en Urban Safari se concibe como una competición: puedes jugar cogiendo una diana privada para competir con tus amigos o cogiendo una diana social para competir con lanzadores expertos (o no) que no conoces.
De los bosques a la ciudad (pasando por Estados Unidos), el lanzamiento de hachas es el deporte de moda en Madrid.