Madrid está lleno de rincones con historia que se han visto obligados a cambiar de manos más de una vez. Entre ellos está la antigua Casa de las Alhajas (calle de las Hileras, 18), que constituye un buen ejemplo de la arquitectura de moda en la ciudad durante el siglo XIX. Fue diseñada en 1870 por Fernando Arbós y Tremanti, creador de espacios tan emblemáticos como el Panteón de los Hombres Ilustres.
La Casa de las Alhajas es el actual laboratorio de enseñanza que pertenece a Teamlabs, una escuela dedicada a la innovación pedagógica, que tiene sus propios másteres y un grado universitario. El centro de estudios ha escogido este espacio para darle una nueva vida, y para ello ha necesitado la colaboración de Gonzalo Martín, alias Taquen: pintor gallego que ha decorado calles de Bélgica, Suiza, Nepal, Rusia, Bélgica y otros muchos países del mundo.
Taquen ha pintado allí El viaje, un mural inspirado en la forma de enseñanza que propone Teamlabs. La obra presenta decenas de estorninos volando hacia la misma dirección. «Los estorninos son aves muy particulares, que viven en grandes grupos creando una suerte de nubes formadas por cientos de ejemplares. Realizan danzas aleatorias en perfecta armonía, un trabajo impecable y difícil de comprender», comenta el artista.
La firma de Taquen en Moratalaz
El viaje no es la única obra que el pintor gallego ha plasmado en Madrid en los últimos meses. En septiembre de este año, colaboró en Muraltalaz: un proyecto del Ayuntamiento en el que él y otros artistas urbanos colaboraron para decorar edificios municipales en Moratalaz y desarrollar el muralismo al aire libre en el barrio.
El trabajo de Taquen en Moratalaz, titulado Ciegos de luz azul, reposa en la fachada del colegio de infantil y primaria Pío Baroja. Es un díptico en el que se plasma la peor cara de la era digital, que promueve el aislamiento y la insatisfacción vital de la población joven.
A través de su cuenta de Instagram, el pintor explica que “cada vez son más las personas que dependen de sus teléfonos móviles y que, por desgracia, han dejado de relacionarse con el mundo para terminar aisladas socialmente”. El artista muestra con esta obra su preocupación por los problemas de autoestima derivados de la continua comparación, el deterioro de las relaciones más cercanas y la pérdida de interés por el momento presente.