Las últimas olas de calor que ha sufrido la capital son señales claras de lo que meteorólogos e investigadores están informando desde hace años. Parece una pesadilla, pero no lo es: la NASA advierte de que, en 2050, Madrid será inhabitable en julio y agosto por temperaturas extremas. No será la única comunidad en la que ocurra esto: Castilla-La Mancha, Valencia y Andalucía también se verán afectadas por el fenómeno ‘isla de calor’.
¿Qué es la temperatura de bulbo húmedo?
Según el estudio Too Hot To Handle, medir la temperatura de bulbo húmedo es la clave para valorar si una zona del planeta será o no habitable en los próximos 30 años. La NASA explica que esta medida comprueba “la capacidad del cuerpo humano para enfriarse mediante el sudor cuando hace calor y hay humedad” e “indica si las condiciones climáticas pueden ser perjudiciales para la salud o incluso mortales”.
El termómetro de bulbo húmedo nunca debería superar los 35ºC, ya que, según el equipo de Raymond (NASA), «una vez que se pasa esta cifra, ninguna cantidad de sudor u otro comportamiento adaptativo es suficiente para reducir el cuerpo a una temperatura operativa segura». El problema está en que lugares de clima subtropical como el Golfo Pérsico y Pakistán ya han registrado cifras más altas, y en países occidentales como Estados Unidos y España vamos por el mismo camino.
En Madrid, ya se sabe que la concentración de edificios y asfalto en ciertos distritos de la capital (Centro, Vallecas…) agravará el efecto de las islas de calor urbanas. Éstas, según el sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), han provocado miles de muertes entre 2022 y 2024. En 2030, el fenómeno se prolongará en el tiempo. Aunque esto ocurrirá en otras ciudades grandes de España como Valencia, Madrid es más vulnerable que el resto por su densidad de población y actividad urbana.
Por otro lado, según el estudio del Instituto Federal suizo de Tecnología de Zurich (ETH-Zurich), Madrid llegará a temperaturas similares a las que tiene Marruecos en la actualidad, por lo que subirán 6,4ºC de media durante los meses más cálidos del año.
Posibles soluciones
Aunque las prediciones de la NASA son pesimistas, existen algunas iniciativas que podrían dar un giro al pronóstico: la implementación de zonas verdes, la construcción de infraestructuras que aíslen el calor en lugar de retenerlo y promover la reducción de gases de efecto invernadero. También es necesario que la población tenga recursos como refugios climáticos en caso de emergencia.