
Repensar los colegios para entenderlos como una extensión de las calles de un barrio o una localidad. Ese es el objetivo de la iniciativa Patios abiertos, con la que los colegios públicos de la región abrirán sus patios y bibliotecas por las tardes –tras la actividad lectiva– a partir del próximo curso 2025/2026.
La medida, anunciada por la presidenta de la Comunidad de Madrid hace un par de semanas, se llevará a cabo en colaboración con los ayuntamientos de la región y permitirá hacer uso de las instalaciones tanto al alumnado del propio centro como a otros niños y niñas de la misma localidad que no estén matriculados.
De este modo, después de las clases tanto las pistas deportivas como las bibliotecas de los colegios estarán en funcionamiento. Una circunstancia que permitirá a las familias, por otro lado, conciliar de manera más sencilla y ahorrar gastos en alternativas como posibles actividades extraescolares.
Para el correcto funcionamiento de Patios abiertos, el Ejecutivo autonómico destinará una partida de presupuesto a ayudas para los ayuntamientos –que son los propietarios de los colegios– de modo que puedan contar con personal suficiente que supervise y vigile el patio y, en su caso, la biblioteca: el fin es garantizar la seguridad de los escolares.
El caso del Círculo de Bellas Artes
Esta nueva mirada y apertura sobre el uso y la concepción de algunos espacios se ha venido dando también en el ámbito de lo privado con propuestas como las que viene protagonizando el Círculo de Bellas Artes desde hace un tiempo.
Una de ellas, de gran acogida por parte de una acalorada ciudadanía, es la del refugio climático, que ofreció el verano pasado alivio térmico, actividades y hasta guardería de plantas de manera gratuita a todo el que entrase. Visto el éxito cosechado, estas pasadas Navidades repitieron la experiencia con sus primeras Navidades surrealistas.