¿Y si ir a un restaurante significase mucho más que salir a comer? Ese es precisamente el objetivo que persigue el restaurante Quintoelemento. Esta innovadora propuesta, ubicada en las dos últimas plantas del Teatro Kapital (calle Atocha, 125), combina lo culinario y lo audiovisual para ofrecer una experiencia envolvente e inmersiva.
Su nombre recoge parte de su esencia, y es que en este espacio todos los elementos –inspirados en tierra, fuego, aire y agua– se combinan e integran para crear un lugar único y sorprendente en la capital.
El espacio
La sexta y la séptima plantas de este emblemático edificio se han transformado por completo de la mano de la arquitecta superior del COAM Carolina García García, en colaboración con el equipo creativo de Kapital. La sexta planta, que cuenta con una extensión de 300 metros cuadrados, es un espacio destinado a grupos reducidos y puede presumir de una bodega con más de 150 referencias.
Por su parte, el ‘sky bar‘ de 800 metros cuadrados situado en la planta superior alberga una de las piezas clave del proyecto: una cúpula con una gran pantalla cóncava retráctil de 180 metros cuadrados de superficie, que proyecta imágenes en 4K. Además de la cúpula, las paredes también se convierten en un lienzo sobre el que se proyectan videoarte y videomappings que, unidos a un sistema de iluminación led dinámica, transforman constantemente el espacio y la experiencia de los comensales.
El resultado es el de una experiencia inmersiva que va más allá de lo gastronómico, integrando lo audiovisual como parte fundamental y complementaria a lo culinario.
La decoración también contribuye a construir esa atmósfera única, con materiales que van desde la madera de roble y pino del mosaico de madera que cubre las paredes hasta el ónix rojo del sushi bar, el mármol luminious de la barra de coctelería o el alabastro de recepción.
Oferta gastronómica (y coctelería de autor)
Tras los platos de Quintoelemento está el asesor gastronómico Juan Suárez de Lezo, que ha pasado por cocinas de prestigio tanto nacional como internacional, como las de Arzak, El Bulli, Mugaritz o Perse (de Thomas Keller), Eleven Madison (de Daniel Humme) y Betony.
El propio espacio define su oferta gastronómica como cosmopolita, «con pinceladas asiáticas y latinoamericanas conservando una sólida base mediterránea». Y a esto hay que sumar también un sushi bar de elaboración tradicional.
Entre sus platos más destacados, además de la viera acompañada de jalapeño y pepino, podemos encontrar también el taco de lenteja con merluza, lemon grass y brotes.
Por otro lado, no se puede hablar de Quintoelemento sin mencionar sus cócteles de autor, perfectos para degustar antes, durante o después de probar la carta. Entre los que pueden probarse se encuentran el Mojito de shochu –a base de
shochu, sirope de shisho y espumoso de sake–, el Tanoshi –con ginebra rosa, frutos rojos y eucalipto– o el Pisco sour veggie, con base de aquafaba y especias.