
Este jueves la vicealcaldesa y portavoz municipal, Inmaculada Sanz, ha anunciado en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno que el Ayuntamiento de Madrid ha dado luz verde a la rehabilitación de la plaza de Tirso de Molina. Los trabajos, a cargo del Área de Obras y Equipamientos del Consistorio madrileño, supondrán una inversión de tres millones de euros y afectarán, también, a una parte del entorno de este enclave.
Las obras incluyen, entre otras actuaciones, «la supresión de barreras arquitectónicas, la eliminación de fondos de saco y espacios inseguros y la renovación del mobiliario urbano y los juegos infantiles«.
Las calles aledañas que se verán afectadas por la remodelación serán Doctor Cortezo, Conde de Romanones, Colegiata y Concepción Jerónima. Con la intervención, informa el Ayuntamiento, se pretende «ordenar la movilidad y crear nuevas paradas de autobús para descongestionar las plazas de Tirso de Molina y Jacinto Benavente».
Una plaza de Tirso de Molina con más verde
La rehabilitación tiene por objetivo principal «hacer de este entorno un espacio más habitable» y, para ello, una de las actuaciones clave será la mejora medioambiental del espacio con la plantación de 46 árboles y más de 2.500 arbustos.
Además, habrá una reordenación de los elementos de la plaza, se renovarán el alumbrado y el riego y los adoquines prefabricados actuales del pavimento se sustituirán por otros de granito.
En las calles circundantes se procederá a la renovación de la calzada, del pavimento de las aceras y a aumentar el ancho de estas últimas para devolverle ese espacio al peatón.
Con todo ello se pretende que después de la rehabilitación de la plaza de Tirso de Molina esta zona se recupere «como espacio público seguro y medioambientalmente adaptado para la estancia de vecinos y visitantes». Los trabajos comenzarán antes de que acabe el año y se extenderán hasta la primavera de 2026.