Cada vez son más los españoles que viajan a Vietnam, país que en 2018 fue elegido como mejor destino turístico en los World Travel Awards (los equivalentes a los Óscars del turismo). Pero si aún no te animas a hacer las maletas, te proponemos empezar a introducirte en su cultura de la mejor forma posible: a través del paladar.
¿Quién diría que cruzando una puerta en una esquina de la calle Huertas, en pleno Barrio de las Letras, podrías encontrar un pedazo de este país? Así es como lo pensó Duong Nguyen Van, su propietario y chef responsable de los cuidados sabores que inundan cada uno de sus platos.
Duong fue el pionero en abrir un restaurante vietnamita en Madrid. Con la experiencia a sus espaldas de cocinar para otros restaurantes asiáticos en la capital y tras volver por un tiempo a su país, decidió regresar a España y abrir un local donde dar a conocer su gastronomía y su cultura haciendo lo que mejor sabía hacer. Y prueba de que no se equivocó es que tan solo unos meses después de comenzar su aventura, en 2013, recibió la Mención de Honor en Comida Extranjera de los premios gastronómicos Metrópoli.
Vietnam es un restaurante acogedor, con un trato cercano hacia los clientes, que son amablemente aconsejados para la elección de cada plato. Para que la experiencia del comensal sea lo más similar a comer en el mismo país, el servicio te explica qué recetas son las más típicas y si el plato en cuestión requiere alguna forma especial de comerlo (como explicaremos de algunos más adelante) y hasta te detallan la lista de ingredientes para asegurar el acierto.
Tal y como explica Chau Pham, su jefa de sala, las elaboraciones de su carta suponen una sorpresa para muchos comensales porque con ella descubren que la comida asiática no tiene por qué ser sinónimo de picantes excesivos o de un abuso de aceites. En sus platos destacan elaboraciones más saludables, con muchas más verduras, menos grasas, y una cuidada selección de materias primas que unidas al saber hacer del chef, consigan hacernos viajar a este país asiático a través del sentido del gusto.
Sus platos, incluso los fritos, son ligeros y de sabores delicados. Entre los entrantes, destaca el Nem Tom Cua, unos rollitos rellenos de cerdo picado, gamba y centollo, servidos con diferentes hojas de vegetales, hierbas y brotes de soja y una salsa de pescado. La forma de comerlo obedece a la costumbre vietnamita y es lo que te resultará más curioso: se debe envolver el rollito con los vegetales que más te apetezcan y después mojarlo en la salsa antes de pegarle el bocado que, te aseguramos, no te sabrá a ningún otro tipo de rollito asiático que hayas probado antes.
Otra genialidad de la carta de entrantes son los Com Chien, unos originales cuadraditos de arroz crujientes, coronados con vegetales y carne de cerdo, que se sirven con una crema, también hecha con cerdo, que debes untar antes de probarlos.
Y para hacerte más difícil la elección, otro de los platos más recomendados y que más gente disfruta es el Goi Cuon, un tipo de rollitos diferentes, ya que no son fritos, elaborados con papel de arroz, jamón de Vietnam y gambas con salsa de pescado.
Pasando a los segundos platos, no te puedes perder en Bun Cha, donde fusiona con acierto un producto típico de la gastronomía española, el secreto ibérico, con fideos de arroz, hierbas aromáticas y salsa de pescado con vegetales. Otra delicia son los My Xao, unos fideos crujientes que cambian de textura al mezclarlos con salsa de cacahuete y un salteado de verduras al wok.
Si eres más de pescado, debes probar el Ca-ri Ca: un lomo de corvina en una salsa de curry con leche de coco y verduras, acompañado con arroz de jazmín. Pero no te esperes que el curry de este plato te resulte familiar. Duong nos explica su originalidad: «La gente conoce más el curry de India o Tailandia, pero el nuestro es mucho más suave. Nosotros lo hacemos con una base de tomate y con menos especias«. El resultado es una salsa de textura muy ligera, a la que no le adivinarías que el tomate es uno de los ingredientes y con un toque floral que te sorprenderá.
El toque final de la experiencia en este restaurante lo aporta su café típico del país, que se elabora de una forma muy peculiar: en una cafetera especial que se coloca directamente encima del vaso, verás las gotas de café filtrándose poco a poco y cayendo sobre la leche condensada del fondo. El resultado es un café intenso, pero dulce, que pondrá la guinda a tu sobremesa.
En la primera visita, incluso dejándose aconsejar, es muy difícil elegir. Sentirás celos del plato que hayan pedido en la mesa de al lado por la buena pinta que tiene todo y no te quedará más remedio que volver. Además, Duong promete ampliar la carta, sobre todo en la sección de postres, donde ahora mismo se encuentran sabores más internacionales, pero que igualmente te harán rebañar el plato.
Foto de portada: Bun Cha, secreto ibérico con fideos de arroz, hierbas aromáticas y salsa de pescado con vegetales.