En el número 8 de la calle Donoso Cortés, a pocos metros de Ponzano, se encontraba un refugio para sportinguistas. Un mesón con esencia asturiana que poco tenía que envidiarle a los típicos chigres de la provincia costera, sobre todo en cuanto a ambiente.
El bar Río Nalón fue el punto de encuentro para sportinguistas de todo Madrid. Isidro Martínez, natural de Cangas del Narcea y antiguo dueño del local, explicó en una entrevista para El Comercio que el despegue de su negocio comenzó a principios de los noventa, con las plataformas de pago para ver el fútbol. «Empezó a venir gente a preguntarnos si podíamos poner partidos del Sporting», comentó al periódico.
Además de ser el paradero ideal para ver campeonatos del Sporting, Río Nalón era uno de los mejores restaurantes de Chamberí para tomar cachopo: con un rebozado perfectamente adherido a la carne y un relleno más que generoso. Tenían otros platos típicos del norte como el pulpo a la gallega o su picadillo de cabrales, perfectos para compartir.
El 30 de septiembre, Martínez y su mujer echaron la verja de su local para siempre. Llevaban pensando en hacerlo desde el estallido de la pandemia, cuando las restricciones por aforo empezaron a ser constantes. Eso sí, vuelven a Asturias con una gran colección de anécdotas en el corazón.
A través de su página de Instagram, los exdueños han dedicado unas bonitas palabras a todos sus clientes: «Nos llevamos recuerdos maravillosos y muchas historias que contar. Ha sido un verdadero placer compartir tantos momentos juntos. Nos sentimos afortunados por haber formado parte de vuestras vidas y por haberos conocido».