Madrid ha decidido que los 40 cines de verano de la ciudad regresen en julio y se queden durante agosto y septiembre con las debidas medidas de seguridad para los espectadores.
Los cines al aire libre de los distritos tendrán que mantener la separación de dos metros entre asientos, una distancia interpersonal que también será obligatorio respetar en la cola de entrada al recinto. Habrá mascarillas y gel desinfectante para que los asistentes se laven las manos antes de que se encienda el proyector. Los aseos portátiles no se podrán utilizar.
La gran pantalla veraniega más esperada (y que ya está vendiendo entradas) es la del Autocine Madrid Race, que este año destaca por encima de las demás porque resulta más conveniente que nunca ver películas desde tu propio coche, sobre todo cuando te llevan las palomitas a la ventanilla.
Madrid ya canceló todas las verbenas y fiestas populares hasta noviembre, por lo que los cines al aire libre podrían convertirse en el único vestigio del verano madrileño tal y como lo conocemos.
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