
Como dos versos que riman a más de 8.000 kilómetros de distancia. En esos términos podríamos referirnos al metro que desde hace apenas dos años presta servicio en Quito, la capital de Ecuador: un suburbano que a cualquier madrileño o madrileña le costaría distinguir del de Madrid por su espectacular parecido.
El motivo por el que ambos se asemejan tanto tiene que ver con el hecho de que ha sido la misma empresa, Acciona, la que se ha encargado tanto de la construcción del suburbano quiteño como de promocionar y gestionar desde hace décadas la expansión de la red de metro de Madrid.
Gracias a este vídeo que compartió hace unos días la cuenta @Bvemike en X, y por el que descubrimos este dato tan curioso, se puede apreciar más en detalle cómo es por dentro y hasta qué punto tiene similitudes con el madrileño.
¿Cómo es el metro de Quito?
La situación del metro de Madrid y el de Quito podría recordar –puestos a buscar parecidos– a cuando tratas de olvidar a una expareja: mires donde mires, prácticamente todo te recuerda a esa persona. Y aquí sucede lo mismo: desde las escaleras hasta la señalética e incluso las papeleras o los apoyos isquiáticos, todos los elementos evocan al servicio de transportes que tan bien conocemos.
Las diferencias, por tanto, hay que ir a buscarlas a algo tan arraigado a cada lugar como son, lógicamente, los nombres de las estaciones. En el caso del metro de Quito, de momento cuenta con 15 paradas y una única línea (la línea 1). Y de la primera estación a la última –de Labrador a Quitumbe, por si alguien tenía curiosidad– se tardan 33 minutos y 31 segundos.
Otra diferencia es que cada una de las estaciones se representa en la señalética con un logotipo del color de la línea (en este caso, rojo) que las identifica. Habrá que esperar para ver si, con el tiempo, eso que hoy es marca diferencial se acaba convirtiendo en otra similitud con nuestro metro.