Antes de conocer todo lo que se puede hacer en Tetuán, el distrito al norte de la capital, hay que recorrer su historia. Tetuán, como distrito madrileño, es relativamente joven y se unió con su nombre actual a Madrid en 1955.
La historia de Tetuán comienza en 1860, cuando las tropas españolas que combatieron en la Guerra de África acamparon en la desaparecida Dehesa de Amaniel. Como consecuencia de aquel asentamiento, surgieron a lo largo de la actual calle de Bravo Murillo, las barriadas obreras de Tetuán de las Victorias, perteneciente al antiguo municipio de Chamartín de la Rosa, y Cuatro Caminos. A finales del siglo XIX y principios del XX, empezó el desarrollo que han vivido otras zonas similares como Vallecas o Arganzuela, gracias a la llegada de numerosos inmigrantes españoles de distintas provincias en busca de trabajo y que no podían instalarse en el centro de la capital.
Ahora su versatilidad es tal, que puedes encontrar una zona empresarial como AZCA, y áreas claramente residenciales con un espíritu de barrio inmutable, como la zona de Valdeacederas, conviviendo en el mismo distrito.
Qué ver en Tetuán
Ruta Neomudéjar
El mudéjar es un estilo arquitectónico exclusivamente español y rescatarlo (ponerle el neo delante) implica reivindicar la arquitectura hispanomusulmana. El neomudéjar funciona como síntesis de todos los estilos que convivieron en la península. Y Tetuán es posiblemente el barrio madrileño en el que mejor se puede apreciar este estilo arquitectónico.
La irrepetibilidad de Tetuán nace irónicamente de la repetibilidad en la construcción del distrito. Circunstancia a partir de la cual se puede concluir acerca de la necesidad de defender el patrimonio. No es un discurso que apele a una realidad vacía: un paseo por Madrid Nuevo Norte dentro de veinte años no distará de un paseo por cualquier barrio de nueva construcción en cualquier otro lugar de España.
Parque de la Ventilla
Delimitado por las calles Sinesio Delgado, Avenida de Asturias, Vía Límite y calle Magnolias, encontramos este pinar como un soplo de aire fresco en medio de la urbe madrileña. Tan cerca de Chamartin y Plaza Castilla, parece mentira que un pinar tan grande tenga lugar. Lo mejor, sus zonas para hacer picnic cerca de las cascadas. En su interior, cuenta con una vía saludable de 1,5 kilómetros practicable a bici o andando.
Si te sumerges entre sus pinos da la sensación de estar más lejos de la ciudad de lo que realmente se está, sin embargo, si caminas hacia las zonas más altas, puedes ver algunos de los edificios más icónicos del skyline madrileño, como las Cuatro Torres o las Torres Kio.
Calle Vía Límite, 51
Mezquita de Abu-Bakr
También conocida como Mezquita Central de Madrid o la mezquita de Tetuán. Este templo, que pertenece a la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), se inauguró en 1988 y es una obra del arquitecto Juan Mora. De ello da cuenta una pieza de El País firmada por Emma Roig en abril de ese año, en la que bajo el titular Desde Madrid se ve La Meca se informa de que «la primera mezquita de la villa, en el barrio de Tetuán, se abrirá en dos meses«.
Si bien su título como la primera mezquita de Madrid es irrevocable, el de la más grande de la ciudad pasó a ser para la mezquita de la M-30 y sus 12.000 metros cuadrados con su inauguración en 1992. En su interior, decorado y concebido al gusto del arte islámico, destaca su gran sala de oración, con una cúpula de la que cuelga una gran lámpara de bronce y las cristaleras que iluminan el espacio. Dispone de cuatro plantas y servicios y equipamientos como guardería, salón de actos o cursos de religión y árabe.
Calle Anastasio Herrero, 5 y 7
Museo Tiflológico
Un museo donde las piezas se ven, se leen, a través del tacto y el concepto de «no tocar» queda obsoleto. Ese es el pilar sobre el que se sustenta el Museo Tiflológico de la ONCE en Madrid, probablemente uno de esos que se podrían catalogar dentro de museos no tan conocidos de la capital.
Además de una sala donde se puede encontrar material tiflológico y conocer la evolución de distintos sistemas de escritura anteriores y simultáneos al braille, en este museo se pueden encontrar dos salas dedicadas a maquetas de monumentos tanto nacionales como internacionales, «diseñadas para facilitar la lectura táctil de sus contenidos», como señala el propio museo.
Calle de la Coruña, 18
Torre Picasso
La Torre Picasso, situada en la zona de AZCA, concentra en sus 45 plantas y 157 metros de altura varias peculiaridades, como que lució el título de edificio más alto de Madrid hasta la construcción de las Cuatro Torres o que el arquitecto responsable de su diseño fue Minoru Yamasaski, el mismo arquitecto de las Torres Gemelas. Es decir: uno de los edificios más emblemáticos de la capital lo concibió uno de los arquitectos más importantes del siglo pasado.
Situado en la plaza que le da nombre dentro del distrito financiero de la capital, el edificio alberga oficinas y se ha podido ver también en la gran pantalla en la película de Alejandro Amenábar Abre los ojos (1997), siendo el escenario de su última escena.
Plaza Pablo Ruiz Picasso, s/n
Dónde comer (y beber) en Tetuán
O’Rey
Qué curioso este lugar. Se encuentra en la fachada del Mercado Municipal de Tetuán que da la calle Marqués de Viana, sin acceso desde el propio mercado. Se trata de un pequeño puesto, sin mesas ni sillas, solo un mostrador que cierra a horas intempestivas y desde el cual se sirven una de las mejores hamburguesas de Madrid. Así, sin exagerar. Así, pasando desapercibido.
Podrás elegir entre dos pattys, de pollo o de carne de vacuno. ¿El resto? Una gloriosa mezcla de ingredientes que salen directamente del mercado que lo enclaustra, frescos, de temporada, sabrosos, tiernos. Solo hay cinco tipos de hamburguesa y recomendamos especialmente dos: la O’Rey (doble de carne, doble de queso, bacon, lechuga y jamón york) y la O’Rey Corral (pollo, mayonesa, queso, cebolla, tomate, lechuga y salsa rosa).
En su carta también hay pizzas, enrolladitos, empanadillas… pero volverás por sus hamburguesas, prometido.
Calle del Marqués de Viana, 4
Madreamiga by La Miguiña
Conocida entre los vecinos como La Miguiña (porque así se llamaba en origen) Madreamiga es la panadería de barrio a la que acuden madrileños de otros barrios. Fundada por Begoña San Pedro y con Clara Villalón como embajadora creativa, Madreamiga es la excelencia panadera elevada a la máxima potencia.
Su pan, sus bizcochos, los increíbles cruasanes, el pan de brioche para hamburguesas… Recomendamos encarecidamente probar sus enrollados de canela. Aunque, en verdad, cualquiera de sus dulces es perfecto (y todos elaborados con materias primas de calidad y sin elementos artificiales).
Madreamiga genera colas físicas en su puerta y virtuales en su web día sí y día también. Pero la locura navideña aquí es casi tan épica como en el Vigo de Abel Caballero: los roscones de Madreamiga provocan auténtica histeria. Avisados quedáis para los próximos Reyes.
Calle de Teruel, 26
1000 Cups Roastery
Una cafetería de especialidad que también tuesta su propio café. Además de hacerte con sus beans podrás, por supuesto, catar el producto en el coqueto local de Blanco Argibay. Allí, los desayunos se han convertido en religión tetuanera, con los mejores proveedores posibles.
Sus tostadas, hechas con el pan de masa madre de Panic, serán tu perdición: ojo a la de aguacate, tomate confitado, pesto, huevo a baja temperatura y semillas; o a la de salmón ahumado, huevo a baja temperatura, aguacate y cebolla encurtida. Sus salados también guardan un hueco en nuestro corazón, como esos garbanzos tandoori agridulces.
Calle Blanco Argibay, 50
Taberna La Parra
El atributo «de toda la vida» aplicado a un bar no es o no debería ser un factor determinante en la definición de la calidad de ese sitio. Pero en Taberna La Parra no solo lo es, sino que también es el mejor punto de partida para hablar de ella. Local pequeño y de aspecto clásico, La Parra es uno de los mejores sitios de Madrid para tomar una simple caña (por la tapa que la acompaña) y si estás en invierno, un caldo reconstituyente de esos que se hacen durante horas y horas. Precios ajustados y raciones generosas.
Calle de Tablada, 39
Horchatería Oroxata
Oroxata (conocida como La Fábrica de Siempre) es una verdadera institución en la ciudad. Se instaló en Madrid en 1946, cuando Tetuán no era ni un distrito de Madrid, lo que la convierte en la horchatería más antigua de la capital. Su andadura comenzó en manos de José González y Pepina García, emigrados de Valencia a Madrid en la posguerra, que trajeron consigo el arte de la elaboración de esta bebida de chufa.
El negocio ya va por la cuarta generación de maestros horchateros y no ha perdido su esencia mediterránea. Tienen fartons artesanos, coca valenciana y variedad de helados y granizados. Un lugar al que peregrinar cada vez que quieras revivir los veranos en la costa.
📍 Calle Pedro Tezano, 11 (esquina con Villaamil, 44)
Mercado de Maravillas
El Mercado municipal de Maravillas es el más grande de Madrid, y uno de los más grandes de Europa. Es desde 1942 uno de los mercados principales de Tetuán, que cuenta con cinco en total. Ahora que el comercio de proximidad está más en boga que nunca, los mercados de Madrid están viviendo un renacer, en el que además se están transformando y modernizando, y el Mercado de Maravillas también está en ese proceso.
Calle Bravo Murillo, 122
Doña Tecla
El ritmo frenético es el que hace de Madrid una ciudad que nunca duerme, pero eso no quita que todo el mundo necesite un descanso de vez en cuando. En esos momentos en los que no hay tiempo para una pequeña escapada, tener localizados esos oasis que sirven de refugio dentro de la capital se convierte en una necesidad. Uno de ellos es Doña Tecla, un restaurante que hace que se te olvide que estás en pleno eje de la Castellana. Lo que más destaca es su terraza ajardinada, el ambiente perfecto para disfrutar de un cóctel o de una cena de picoteo. Y lo mejor llega cuando se hace de noche y se encienden sus luces, el momento en el que despliega su faceta más íntima.
Calle Pintor Juan Gris, 2
Masa Naomi
El sushi es el argumento perfecto para contradecir a aquellos que no comparten la premisa de que la comida es sagrada. Si bien su creciente popularidad ha dado lugar a una amplia oferta que no siempre es sinónimo de autenticidad, los cientos de años de historia de esta disciplina culinaria todavía son el dogma de restaurantes como Masa Naomi.
De hecho, aunque alejado de cualquier pretenciosidad, se puede afirmar que uno de los mejores sitios para comer sushi en Madrid está en el distrito de Tetuán. Las sopas, tempuras y nigiris de su carta se complementan con un ambiente que demuestra su compromiso con la tradición nipona.
Calle de Ávila, 14
Tokyo-ya
Los amantes de la gastronomía japonesa están de suerte. El barrio de Tetuán acoge a una de las tiendas de productos nipones más antiguas de la capital. Con su primera apertura en los 80, Tokyo-ya comenzó su trayectoria para acercar los platos más característicos de su cocina a los paladares autóctonos.
Con una amplia selección de productos, que ha ido adaptándose a las últimas tendencias y a las demandas de los consumidores, la tienda es líder en el sector y realiza ventas al por mayor y al por menor. Así, además de contar con varios establecimientos por España, Tokyo-ya cuenta con su propia tienda online para facilitar el proceso de compra. Sin embargo, recomendamos visitar el espacio físico, si es posible, para transportarse a un pequeño supermercado de Tokyo por un instante.
Avenida del Presidente Carmona, 9
La Martinuca
Este restaurante en el barrio de Tetuán se encuentra en todas las listas posibles de las mejores tortillas de la ciudad. Y si eres amante de la tortilla poco hecha, sabrosa, y con un producto excepcional, no deber perdértela. Con su lema “échales huevos”, los propietarios re-enfocan la cocina tradicional de su abuela Martina con un producto ecológico y de proximidad.
Tienen opciones para todo tipo de tortilleros, individuales o para compartir, con cebolla y sin cebolla, y para los menos clásicos, con cebolla confitada o sobrasada.
Calle San Leopoldo, 8
Qué hacer en Tetuán
Libros Alcaná
Madrid está llena de librerías de segunda mano (hay quien las sigue llamando librerías de viejo) y Alcaná es una de las más emblemáticas. La medida de lo emblemático se puede hacer, por ejemplo, contando las reseñas en Google: tiene más de 4.000 (más que ninguna otra librería de Madrid). Su catálogo es casi interminable y sus estanterías de parecerse a algo se parecen a la Biblioteca de Babel de la que hablaba Borges en su famoso relato. Libros por un tubo.
Calle del Marqués de Viana, 52
Nave María
Nave María es un espacio difícil de definir al concentrar varios conceptos y abarcar un sinfín de posibilidades. Nave María fue una carpintería. Hoy, es una nave repleta de plantas, decoración vintage, sillas y mesas que no coordinan pero que empastan a la perfección. También acoge un pequeño patio, un invernadero, un huerto, hasta una alberca interior. Una de sus patas principales es Casa Consciente, un espacio de conversación, de talleres, de tardes de cine, de cursos… el lugar para el intercambio de ideas.
También en Nave María, durante los meses de verano del año pasado, se instaló la exitosa Cantina Divina, un restaurante-escuela de marcado carácter filantrópico: su objetivo era la reinserción sociolaboral de jóvenes en riesgo de exclusión. No sólo lo consiguieron, sino que los vecinos del barrio siguen preguntando, hoy en día, cuándo volverá este proyecto para disfrutar de una gastronomía de proximidad en un lugar mágico.
Travesía Bellver, 2
59:59 Escape
59:59 Escape es un reto para resolver en mitad de la ciudad. Los elementos que ambientan sus salas inmersivas están escogidos con dedicación para trasladar a los participantes a lugares completamente remotos. La escape room, que comienza una vez el equipo está encerrado en la sala de la historia que ha escogido, pasa por una serie de fases guiadas por la voz de un facilitador. Atendiendo al desempeño del grupo y al desarrollo de la trama, su mediación será determinante para la descifrar del caso.
El local cuenta con varias experiencias para adecuarse al número de jugadores y a su nivel. En concreto, el recinto ubicado en este barrio cuenta con las historias de The Captain, Doc’s Time Machine, The Terminal y La Torre de Babel. En ellas, Madrid se transforma en una aventura marítima, vuelve a los años 80 o se convierte en un vuelo misterioso. Eso sí, no debes dejar que este viaje en el tiempo altere tu percepción de él.
Calle de Fortunata y Jacinta, 5
Panda Club
La noche madrileña tiene una cita con una de las fiestas que son tendencia: las de Panda Club. Sus instalaciones están compuestas por diferentes espacios coronados por grafitis, neones y otros elementos de la estética más underground. Por ello, esta propuesta se convierte en la opción ideal para todos los gustos. En cada una de sus salas suena un género musical diferente. El pop más actual, reggaetón, electrónica y sesiones de DJs harán vibrar a aquellos que disfruten de una noche diferente en el ocio de la capital.
Además, si algo caracteriza a Panda Club es su ambiente exclusivo y su cuidado código de vestimenta. Allí podrás coincidir con personalidades reconocidas del panorama artístico y disfrutar de una atmósfera inmejorable aportada por la fiesta del panda.
Calle de Hernani, 75
Espacio Garaje Lola
El Espacio Garaje Lola nace como un multiespacio creativo donde dar rienda suelta a tus proyectos. No solo está disponible para alquilar (al ser un lugar pintoresco y acogedor idóneo para eventos o shootings), sino que tiene una programación cultural sumamente interesante. Al ser un local pensado para albergar exposiciones de arte, fotografía… de septiembre a junio siempre encontrarás una muestra temporal. Su diseño industrial, con buena acústica, también se convierte en contenedor de conciertos, microteatros y charlas. Puedes consultar su programación en su web.
Calle Sorgo, 53
Moby Dick Club
“La Moby” lleva dando guerra desde 1992. 30 años de anécdotas, 30 años de historia de la música. Por esta sala, que nació como un homenaje a la gran novela de Herman Melville en lo que era un antiguo prostíbulo, han pasado bandas épicas, grupos noveles, solistas emergentes…
En su interior, han quedado grabados momentos para la posteridad y casi el olvido, como cuando el cantante de The Horrors, Faris Badwan, decidió descolgar la bola de espejos del techo y lanzarla sobre el público. Error y horror.
También instantes para siempre, con actuaciones épicas como la intimista de Antonio Vega en 2004 o aquella vez que Chavela Vargas se lanzó a cantar un par de rancheras (aunque ella había asistido como espectadora del concierto de Jay-Jay Johanson).
En la Moby pudimos ser testigos de los comienzos de bandas como Nudozurdo, Los Punsetes, Vetusta Morla… pero también los primeros momentos de Beach House, Damien Jurado, The Libertines… La lista es infinita. Y esperemos que la Moby Dick también. ¡Larga vida a la música!
Avenida de Brasil, 5
Es difícil encasillar un área en el que puedes encontrar clubs, grandes parques, rascacielos, casas neomudéjares y una mezquita. Tetuán es un claro ejemplo de cómo Madrid está construida con historias de la gente más diversa que ha hecho de la capital su hogar.
Este artículo ha sido escrito a catorce manos por Alberto del Castillo, María F. Carballo, Selene García, Isabel Nieto , Laura Sanchez, Carmen Seco y Elena Francés.